jueves, 23 de julio de 2020

Juan Carlos I: Atado y bien atado. Cuarta parte

"Españoles, Franco ha muerto" dice un lloroso Arias Navarro en blanco y negro.
 Botellas de champán y lágrimas por doquier. En Zarzuela las dos cosas se mezclan.
 El ejército ha puesto la Operación Lucero, para no tener problemas de orden público hasta el entierro del Caudillo en el Valle de los Caídos, con los máximos honores, escoltado su cadáver por el flamante nuevo rey. Luego llega la Operación Alborada para la fase de transmisión de poderes, también con medidas para garantizar el orden público, y para organizar un desfile militar y la ceremonia de coronación.
  España ya tiene al cachorro del fascismo coronado. "Os pido que perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro rey de España, Don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado"
   Santiago Carrillo y Felipe González  mantienen  la actitud de oposición a Juan Carlos, siguiendo lo acordado   cuando Franco aún estaba vivo. La Falange de la SEU - sindicato estudiantil- es más tenaz en su oposición y repite la vieja frase "No queremos reyes idiotas"
 Pero el rey será coronado. La operación Lucero y la operación Alborada, organizadas por el Ejército de Franco  lo van a garantizar con interrupciones de eufóricas ovaciones durante  el discurso  El Discurso se lo ha escrito Torcuato Fernández Miranda y no aclara nada sobre el futuro. Eso se deja para cuando el Rey vaya a Estados Unidos en 1976  y ante el Congreso habla ya de un cambio ordenado Cambio 16 incluye un dibujo de Dodot y Ortega en el que rey aparecía vestido de frac y bailando claqué al estilo de Fred Astaire. Arias Navarro ordena el secuestro de la revista. revista fue secuestrada. Solo la presión de  Le Monde y el Washington Post, entre otros, consiguen que no se cierre definitivamente.
    Es Rey de España sin que su padre haya abdicado. 
  En la nueva imagen del rey idiota hay que crear el relato de que no es tonto  sino que se lo ha  hecho para resistir al franquismo y traer la democracia. Pero lo ha hecho tan bien que no es tarea fácil convencer al país de que no lo es.
  Recién coronado, no hay  ninguna certeza de que el pueblo lo acepte; así que se inicia una programación de actividades según estudios de la opinión pública.  Se encarga de programar el amor al rey el Gabinete de Orientación y Documentación, S.A con periodistas, políticos y militares. Terrorismo, separatismo y republicanismo son sus campos de acción. Este gabinete dura hasta la llegada de Suárez. Sus miembros pasan a Reforma Democrática, creada por Fraga, embrión de Alianza popular. Los militares pasan al CESID.
   Los de la Operación Lolita ya han decidido que hay que defenestrar a Arias Navarro y elegir a Torcuato. Fernández Miranda dice "Lo que el rey quiera"  y los lolitos le responden "No, el rey va a hacer lo que tu digas"
  Juan Carlos que sigue siendo tonto hace  lo que Torcuato dice.  Carlos Arias mantiene  su puesto. Pero su gobierno solo es una fachada mientras se arreglan las cosas y se modifican  las Leyes Fundamentales sin que sus impulsores perdieran poder. Torcuato Fernández Miranda  es presidente de las Cortes y del Consejo del Reino Desde aquí maniobra  para poner en marcha su programa de reformas.  Lo importante es impedir que la derecha pierda  el poder.  El PSOE y el PCE ya no son problema, han aceptado el trato; pero el movimiento obrero es otra cosa.
   La idea de la evolución del sistema de Torcuato, era que había que integrar a la izquierda sin potenciarla, es decir, debilitándola. El 6 de febrero se dictó la Ley Antiterrorista. El 3 de marzo, la policía abrió fuego contra una manifestación obrera en Vitoria, matando a cuatro manifestantes e hiriendo a muchos otros.

   Estaba precisamente Adolfo Suárez como ministro interino de la Gobernación en aquel momento, sustituyendo a Fraga, de viaje en Alemania.
   Los líderes del PCE y los del PSOE, entre otros, han pactado ya con la corona una especie de rendición a cambio de ciertas cotas de poder, pero ahora toca controlar a su militancia de base, que nada sabe de las conversaciones secretas ni de los compromisos que han adquirido. Haciendo un paripé indecente, se suman a los demás en la Coordinación Democrática, más conocida como «Platajunta» que aglutinaba a la mayoría de los partidos de izquierda.  La Platajunta pedía  la liberación de los presos y detenidos políticos, el retorno de los exiliados, plena libertad sindical, derechos y libertades políticas de las distintas nacionalidades, apertura de un periodo constituyente… Y el manifiesto lo firmaron todos los grupos asistentes, excepto los democristianos.
   La policía detiene a  Trevijano  y los reunidos de la Platajunta. Los Solana se libraron porque tenían contactos. El Rey, al que tantas veces llevó de juerga en su coche en los años de la academia de Zaragoza, le dijo, compungido:  "¡Hay que ver, Tono, que estoy de rey y no puedo hacer nada!".
Huelgas y detenciones de comunistas no domesticados, represión en Euskadi y la extrema derecha carlista que dispara en Montejurra a una multitud. Su instigador vive jubilado y feliz en Huelva. Fue una llamada de atención para que la izquierda no se desbocase, el régimen tenía perros amaestrados  y fieras salvajes y sacaría a unos u otras según fuese necesario.
 Ya despunta la figura de Suárez, que controlaba todo lo que hacía o decía Arias, un franquista
recalcitrante de la Falange, ascendido gracias al apoyo del «búnker» de El Pardo, desprecia al monarca. Las relaciones del rey y Arias se deterioran a pasos agigantados. Toca defenestralo.
La reina Sofía mete baza en alguna cuestión que saca  de quicio al monarca, y sus gritos resuenan de tal modo que ella tiene que salir corriendo y llorando.  Le cuenta a Torcuato que ha sido malo con la reina porque Arias lo tiene nervioso.  Cierto que Arias era chulo con el rey y lo llamaba idiota cada vez que tenía ocasión y la cosa viene de lejos.

 Los embajadores de Estados Unidos y de la República Federal Alemana visitan a Torcuato Fernández Miranda, en los últimos meses del 75 y primeros del 76. La vía de la represión para controlar a la oposición no es suficiente. Hay que tomar otras medidas más políticas. Sobre todo a partir de la formación de la «Platajunta», comienzan a darle vueltas a la idea de crear un partido gubernamental, imprescindible de cara a una futura legalización de otros partidos. Arias no vale. Hay que librarse de él. Juan Carlos ya le ha echado el ojo a Suárez que garantizará una reforma sin riesgo.

 La escena del cese  de Arias en el Palacio de Oriente es muy violenta. Llegan a forcejear físicamente cogiéndose de la solapa. Pero oficialmente es una dimisión, firmada el 1 de julio del 76 por el propio Arias.
Fraga y Areilza figuran como sucesores de Arias, ambos comprometidos en los nuevos planes de reforma.  Pero Torcuato quiere un devoto.  El rey le dice a su amigo "El pacto lo acabamos de hacer tú y yo y basta"

   El hombre elegido es Adolfo Suárez, joven y carismático, capaz de ganar unas elecciones con la fórmula yanqui.  La banca también quiere a Suárez y dadas sus actuaciones en Euskadi y Montejurra el ejército lo adora también. Luego les saldrá  rana, cuando se siente fuerte y quiere volar solo. Pero en su primer gobierno cumple con el pacto, solo que Fraga esperaba ser elegido y se cabrea. No acepta estar en el gobierno del joven falangista. Areilza y Garrigues muy decepcionados, 
 El rey se asusta. Se le están yendo sus pilares. Pero Fraga ha dicho no y es no. Pero ahí está Martín Villa dispuesto a salvar el primer gobierno de Su Majestad. Ahora toca escribir un relato amable de la monarquía porque un referéndum para dar oportunidad de votar a favor de la república no iba a haber y  la reforma de las Leyes Fundamentales la iban a hacer ellos a su manera y   las elecciones se tendrían que ganar.
 Por la izquierda Suárez se trabaja un  PSOE que, después de sus primeros contactos con el entorno del príncipe antes de la muerte de Franco, ya está de rebajas. Felipe González se muestra dispuesto a reconocer la Monarquía si se apoya al PSOE en detrimento del Partido Comunista. De cara  al exterior debe seguir siendo republicano para  que no se le echen las bases encima.  Al mismo tiempo, otros dirigentes del PSOE (los hermanos Solana, Enrique Múgica y Luis Gómez Llorente) maniobran para presionar al entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, a fin de que no legalice al PCE, al que ven como fuerte competidor.
  En esto tenía el PSOE un buen aliado. El Ejército tampoco quería un PCE legal. El presidente tiene un gran éxito personal, lo cual es bastante extraordinario, ya que muchos de los militares han acudido a la cita dispuestos a dar guerra. Les explica tan bien las cosas que un coronel acaba jaleando a Suárez con un «¡Viva la madre que te parió!».

   Dos días después, el Consejo de Ministros aprueba el texto definitivo del Proyecto de Ley para la Reforma Política, el rey se desembaraza de las Leyes Fundamentales a las que ha jurado fidelidad en 1969.
  Rodolfo Martín Villa decide actuar con prudencia en el orden público pero no se consentirá nada que atente contra la unidad o la monarquía.
  Cerca del referendum sobre la ley de la reforma el PSOE celebra su primer congreso en España desde la República, en un hotel de lujo de Madrid. Contó con la presencia de importantes figuras del socialismo mundial Willy Brandt, François Mitterrand, Olof Palme y Michael Foot. Antes habían visitado a Suárez y al Rey. Felipe González afirma "El PSOE está dispuesto a negociar con el gobierno el proceso de tránsito a la democracia…"  Su objetivo ahora es robar el espacio electoral del PCE.

   Pero claro en el congreso alguien  despliega una gran  bandera republicana y se oyen gritos de  «España, mañana, será republicana»  y los propios líderes del PSOE lo sacan de allí como pueden, y empiezan a cantar la Internacional que va mejor a la situación de  no tocar al Rey.


1977 es un año difícil. Todo está saliendo a pedir de boca de acuerdo con los planes yankis. El cambio político controlado y limitado. El nuevo sistema español va a dejar fuera fundamentalmente a los exponentes republicanos y a los nacionalistas de izquierdas vascos, gallegos y catalanes. No se les reconocen sus derechos políticos hasta que, mucho después de las primeras elecciones, el espacio electoral y el Parlamento están bien controlados y ocupados.
 El día 23 de enero muere asesinado por el pistolero de extrema derecha Jorge Cesarsky, el joven Arturo Ruiz en una manifestación en Madrid. Al día siguiente, en un acto de protesta, resulta gravemente herida y luego muere la joven universitaria Mari Luz Nájera por el impacto de un bote de humo.  En las  manifestaciones callejeras, distintos grupos de lucha armada activos en aquel momento, ETA y GRAPO, encadenaban una acción con otra. La gota que colma el vaso es la acción de un grupo de pistoleros de extrema derecha que  asalta  un despacho de abogados laboralistas en la calle de Atocha, abatiendo a tiros a cinco miembros del Partido Comunista y de Comisiones Obreras. El funeral de las víctimas constituye el primer acto masivo del todavía clandestino Partido Comunista.
 El rey sufre esas indisposiciones que le dan cuando tiene que dar la cara o ve en riesgo su salud "coronaria", pero el bueno de Carillo le va a dar sedantes para que se calme.
Carrillo lo acepta todo en su reunión con Suárez, sin consultar siquiera con la militancia.  También el PCE recibe ordenes estrictas de los mandos de  no sacar banderas republicanas.
   Veinticuatro horas después de hablar con Suárez, Carrillo convoca al Comité Central y les comunica que el Partido Comunista será legalizado y podrá acudir a las elecciones generales... y luego les cuenta que habrá algunos cambios al respecto de la bandera y la monarquía…  Ya se habla de "eurocomunismo".
 Si antes lo hizo Felipe ahora Santiago cambia en un día cincuenta años de historia.
La prensa cuenta lo bueno que es el rey y como con su inteligencia y moderación está creando la democracia.  El Sábado Santo  la prensa informa a los españoles que el PCE acababa de ser legalizado. Para evitar problemas Suárez y Carrillo lo habían hecho discretamente. Ni siquiera el Rey lo esperaba.  Suárez gana. Lo ha hecho y los tanques no han salido a la calle.  El flaco resultado del PCE  eurocomunista en las elecciones calma al ejército. Carrillo ya acude a las recepciones oficiales del Monarca y presume de que los camareros comunistas le reservan los mejores canapés.
El rey lo llama cariñosamente don Santiago y Carrillo se rie de las gracias del Borbón.

   Después del éxito con don Santiago ya se puede halbar con  Jordi Pujol  y llamar a Josep Tarradellas. Josep y el rey se entendienden de maravilla " Tarradellas se parece a Franco.."  dice el bueno de Juan Carlos.

  Y para hacer el jaque mate Suárez consigue que abdique  Don Juan.
Ya solo quedan las elecciones, la formación del producto electoral Unión de Centro Democrático, ansiolíticos para Fraga en Alianza Popular, Felipe y don Santiago juancarlistas y alguna anécdota como  la de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) cuyo lider se atrevió a decir en la televisión que " La grave crisis por la que atraviesa España tiene un máximo responsable: el inquilino de este palacio, el rey, que ha sido impuesto por Franco".

Gan quien tiene  que ganar y todos ya monárquicos hacen una Constitución a medida para el Rey, para perpetuar a los Borbones, porque saben por experiencia que si no los blindan los echan.

 España ya tiene su Constitución. Ya es una, grande, y monárquica.

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