miércoles, 12 de agosto de 2020

Las hijas de Egalia

Contra natura, contranatural o antinatural son expresiones usadas para indicar que algo está en contra de la naturaleza, del orden natural o de la moral.
¿Qué es estar en contra de la naturaleza?, ¿ es el orden natural y que tiene que ver con la moral de los humanos?
  Para responder estas preguntas tendríamos que hacer un compendio de parte del saber,  pero si hay algo en que están de acuerdo ciencia, historia y filosofía es que no hay nada menos inmóvil que la naturaleza, nada menos cambiante; porque sus leyes son leyes de cambio contínuo.

 Sin embargo en terrenos de moral y de política - la moral y la política van siempre unidas- ir contra natura significa ser innovador, defender lo nuevo, lo sorprendente, lo que escandaliza o asusta. 
   La naturaleza es usada como algo inmóvil, como un modelo que decide sobre nuestros actos y separa los moralmente aceptables de las aberraciones. Y como la sexualidad y los cuerpos son entes políticos por más que nos desgañitemos gritando que nuestro cuerpo nos pertenece y que nadie puede decidir por él, la naturaleza se relaciona con las practicas correctas de la sexualidad y de la entidad, entendiendo como correctas aquellas que llevan a la procreación y clasificando las restantes primero como enfermedades y luego como desviaciones. 

La naturaleza se convierte en un modelo rígido, y su no seguimiento convierte a las personas en desnaturalizadas.  Pero la naturaleza es tan variada y tan variable que ponerla como modelo para justificar el inmovilismo mediante leyes naturales es un oxímoron.

La biología estudia los seres vivos y sus procesos vitales, cada ser vivo con su complejidad tiene su proceso vital, su propio comportamiento y su interacción con el medio ambiente. NO existe un ser vivo que pueda ser modelo para otro.
La biología es una ciencia fascinante, pero ¿ sucede cuando extrapolamos sus principios a la ideología?
 La ideología es el conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político, etc.entendiendo como idea ls noción elemental o conocimiento general de algo. Cuando introducimos en nuestro entendimiento de la realidad o conocimiento las leyes de la biología para determinar que algo es bueno o malo, negativo o positivo, estamos destruyendo las mismas leyes biológicas que carecen de contenido moral o ético.
 No hay moralidad en la elección de la pieza más frágil cuando un león caza, hay instinto; no hay ética en las medusas que se mueven dejándose llevar por las corrientes oceánicas y los vientos y sin embargo recurrimos  a la biología para argumentar la fortaleza de nuestra ideología

Cientos de estudiosos han usado su valioso tiempo en buscar la clave que justique biológicamente el racismo, la inferioridad de la mujer o la existencia de pueblos más dotados que otros para la filosofía por ejemplo, tratando de afirmar que todos los fenómenos o acontecimientos están determinados por algún motivo.  
  En biología la conducta de los organismo vivos están marcados por sus genes, por lo que los seres humanos y los animales actúan de acuerdo con su adaptación evolutiva y lo que dicta la genética. Esto se llama determinismo biológico y supone que las personas no son libres pues llevan la carga de sus características innatas y hereditarias, y ninguna de estas puede cambiarse ni con ideas ni con actos.

Según este determinismo biológico convertido en idelogía los seres humanos no pueden cambiar lo que son, colocándolos en el mismo nivel de la medusa que es arrastrada por la corriente. Intentar cambiar eso es ir contranatura, por lo que lo contranatural se convierte en la ideología de lo estático u del conservadurismo político.

Tenemos muy claro que no existe una diferencia biológica que haga una "raza" superior a otra, porque este estudio biológico de las razas fue aniquilado por estudios nuevos que demostraron que las razas no existen.  Tampoco existe evidencia de que  una mujer  sea menos inteligente que un hombre, pero sí hay diferencias físicas que son aceptadas como consecuencia del ambiente y la historia. 
  Sin embargo  la biología en el asunto de la sexualidad o la identidad entre hombres y mujeres, continúa dirigiendo la ideología.
  La cuestión se centra entonces en si el patriarcado es una reacción biológica de los seres con pene contra los seres con vulva, si el pene es un órgano violador y la vulva un órgano pasivo receptor. Si se entiende así, el mismo feminismo es un movimiento contra natura. 
 
La  filosofía de género ha sacado a la luz realidades nuevas que nos asustan porque nos ponen frente a la biología humana, entendida no como una serie de leyes inmutables.


Una escritora española escribía hace poco sobre varices, estrías, hinchazón de piernas, dolores de parto para aclarar que solo una mujer puede ser madre.  Yo no tuve varices, ni me quedaron estrías . Se me hincharon mucho las piernas y me dolió mucho parir. Esa es la parte biológica del parto. Luego llega la maternidad. Ser responsable de una vida, con todo lo que supone formar un ser humano. 
  Pero que sucede cuando un hombre trans que mantiene su matriz decide ser madre. Todo del revés. Los hombres nos van a robar hasta nuestro exclusivo y biológico tesoro,  nuestros ritos iniciáticos a la pubertad con la sangre como señal, hasta eso nos van a robar.  El hombre trans que pare nos asusta 
 A mí también me asombran esas fotos de personas con barba y su gran barriga de embarazadas. 
Me inquieta, pero, ¿ debe ser ese desasosiego motivo de una lucha contra ese hombre o de una lucha conmigo misma?

  Yo siempre comienzo todas las guerras en mi interior. 

La primera vez que leí un texto de filosofia de género entedí que esto iba a poner al movimiento feminista revuelto porque en cierto modo nos quitaba nuestro signo de los ovarios son míos y dejaba la lucha en un lugar incierto.
  ¿Lucho por las mujeres como tales o por la demolición del patriarcado y todas sus víctimas? ¿Qué es una mujer fuera del relato de los hombres?

   ¿El feminismo y la filosofía de género deben ser antagonistas?  ¿ Tienen las mujeres trans espacio en el movimiento feminista?

   Cuando te pones las gafas del feminismo todo cambia.
 Los libros que lees, las películas que ves, los discursos que te dan.  De repeten ves bofetadas en el cine, ves maltrato, ves denigración, falta de respeto a las mujeres y te preguntas como no lo vistes antes.  
¿Qué hacer con toda nuestra historia cultural cuando las mujeres han sino invisibilizadas o  tratadas como jarrones chinos o como mucho condenadas a una libertad de tipo fetichista para los sueños eróticos de algunos hombres?  Pues aceptar que esa es nuestra historia cultural, tocar el ídolo, y llenarnos los dedos de purpurina.

  Las gafas te hacen ver tu historia y la historia de las mujeres de tu familia, las amigas de la infancia desde otro ángulo; pero el problema es que cuando te las pones ya no te las puedes quitar.  El mundo tiene otra lectura y la historia, la literatura, el arte, la filosofía... Todo está por releer porque nunca estuvimos y lo que es peor nunca nos extrañamos, en los dos sentidos del verbo extrañar.

  Y con esas gafas que traspasan todo hay que seguir mirando, lo que hace que una no se quede solo en las mujeres y niñas excluidas, humilladas o asesinadas. El patriarcado es el poder en las instituciones y la vida cotidiana del hombre sobre la mujer pero no acaba ahí. Cualquier persona que rompa la regla del binarismo irreconciliable es expulsado del grupo y estigmatizado como aberración. 
  El asunto es si el feminismo es un movimiento de mujeres biológicas, o un movimiento contra el patriarcado con todas sus víctimas unidas cada una con sus discursos y su camino recorrido.

 Hay un feminismo muy apegado a la vagina, un úterofeminismo que exalta el acto biológico de la maternidad con sus estrías y sus dolores, y el valor de las mujeres como centro de cuidados. La mujer tiende conservar la vida mientras el hombre tiende a la guerra y a la destrucción. 
  Esta explicación que pudo ser válida como una de las muchas que, sin excluirse unas a otras,  tratan de buscar el origen de la marginación de la mujer,  sigue usándose como bandera  de lucha y es fácil dejarse encantar por esta preciosa visión de la mujer con sus brevajes, cuidadora, paridora, centro de la vida, matriz del mundo frente al hombre guerrero. Se puede usar este argumento para analizar el poder del hombre en la sociedad y para retarlo; pero también se debe dar el siguiente paso.

El fundamento del feminismo no es solo biológico, la lucha contra la injusticia abarca todo. 

   El patriarcado puede ejercerse de muy diferentes modos y contra diferentes colectivos. 
El movimiento feminista y el movimiento queer tienen diferentes áreas de enfoque, pero su acercamietno no debilita en absoluto el feminismo, desde mi punto de vista, lo fortalece
 Las exigencias y reivindicaciones básicas van por la misma direccion: el derecho y las posibilidades y oportunidades sobre la decisión sobre el cuerpo, que es una lucha política y no personal. 

   Conozco muchas feministas que aseguran que no son transfóbicas, y seguro que no lo son, pero  defienden argumentos solapadamente transfóbicos como negar la inclusión a todas las mujeres trans en el movimiento. 
 
Entiendo  que es problemático para muchas mujeres, especialmente las que han sido abusadas, estar, por ejemplo, en un vestuario con alguien que tiene pene. Porque el vestuario es el lugar seguro y un pene representa la agresividad. Pero para una mujer trans es mucho más embarazoso estar entre mujeres biológicas y mostrar su diferencia. De hecho prefieren no hacerlo, pero obviamente en el lugar de los hombres no pueden estar. Pocas mujeres trans quieren compartir vestuario con mujeres cis, no debe ser nada fácil. Como no es fácil para las mujeres en su espacio seguro observar una persona que se dice de ellas pero tiene algo que las pone en guardia.
Las mujeres trans desnudas son un problema para las otras mujeres y para ellas mismas en el terreno biológico al que pertenecen; pero cuando se visten el problema se agrava. 
 Dejando de lado las bromas, burlas y agresiones desde el entorno machista, se deben enfrentar a las críticas del feminismo,  porque usan todos los artilugios de seducción que los hombres han creado para las mujeres, para  su placer exclusivo.  Muchas mujeres trans se convierten en mujeres fetiche exagerando su feminidad, mostrándose desmesuradas en el adorno o la expresividad.  
Quizá no hemos visto que pocas mujeres se atreven a dejar atrás la imagen que se espera de ellas, que muchas estamos tan identificadas con el rojo de labios como con nuestra vulva y nos sentimos perdidas sin  nuestra feminidad, aún sabiendo que la feminidad es un término discutible.  Una modelo bellísima y con ropas sofisticadas que delinean su escultural cuerpo no supone una agresión tan fuerte como una mujer trans con las mismas ropas y los mismos aderezos. 
 Se entiende a la primera por la historia, pero se siente que la segunda, esa criatura extraña,  irrumpe para destrozar lo conseguido.
  Yo me maquillo, uso zapatos de tacón y ropa muy femenina, soy consciente de mis contradicciones, soy consciente de que lo que yo soy y especialmente este yo enmascarado viene de los hombres, de lo que los hombres esperan de mí, y aún así llevo el lápiz de labios y el espejito en el bolso para el retoque oportuno.  Soy una mujer biológica, no tengo nada que demostrar a nadie y no logro sustraerme de esta exigencia, ¿te imaginas lo que debe ser tener que demostrar mediante todos los tópicos de la feminidad que eres una mujer?  No considero que esto sea un ataque sino una señal de alarma para nosotras mismas.
  
  ¿Quién decidio que yo fuese mujer con todo la parafernalia que conlleva, mi vagina o toda la educación de sumisión y verguenza que recibí?
  La decisión sobre quién eres, si en un momento de tu vida no coincide con lo que los demás decidieron, es tuya. Muchos países permiten a las personas trans cambiar su nombre y su sexo jurídico, por lo tanto estar en contra de eso para empezar ya es ilegal. Pero si ves bien que se puedan cambiar su sexo jurídico y ser mujeres ante la ley, pero no admites que formen parte del movmiento por la liberación de las mujeres, algo serio está fallando.

 Yo entiendo que es muy difícil aceptar que haya mujeres biológicas que transitan a su identidad masculina y deciden parir, hombres biológicos que transitan y no podrán parir, que esos cuerpos para tienen difícil encaje en nuestra concepción binaria de lo masculino y lo femenino, pero nuestra dificultad para entender no debiera ser una traba para su derecho a ser y su libertad de ser.

  El úterofeminismo defiende que el feminismo debe basarse en el sexo biológico como una realidad y no como una ideología. Pero incluso la biología tiembla en estas cuestiones. Son muchas excepciones para no cuestionar la regla, y si fuese biología pura y dura, es la biología una gran dictadora como la gramática que no permite la existencia fuera de sus dominios.
   
En las hijas de Egalia, la novela de Gerd Brantenbergs, una novela dirigida a adolescentes, con aspectos cómicos, se encuentra también un análisis sobre la situación de la mujer y el hombre en nuestra sociedad. La opresión y las justificaciones de la opresión cambian de bando  y en esta sátira sobre los sexos se  pone sobre la mesa un mundo paralelo en que las mujeres oprimen a los hombres
  Todo al revés, el femenino es el género nuetro, los hombres crían a los niños y cuidan la casa y su físico mientras las mujeres trabajan y traen el dinero e  crean las reglas. 
  La novela arranca cuando el hijo mayor de la familia protagonista le dice a su madre, una alta dignataria, que quiere ser buceadora como muchas de las mujeres más admiradas de la ciudad. A partir de ahí, después de las mofas de su hermana pequeña, conoceremos todas las bochornosas pruebas que tiene que pasar el adolescente para encajar en un papel con el que no se siente identificado, pues él sólo quiere ser igual a todas aquellas chicas privilegiadas que, a veces, dan mucho miedo.

 Las hijas de Egalia más que una sátira divertida, nos muestra que la biología no es un absoluto y puede ser interpretada de diferentes maneras. No es el pene y la vulva lo que cuenta cuando se habla de poder o exclusión, sino los comportamientos asociados a los grupos. Es el modo en que la sociedad interpreta la biología .
¿Dónde estaríamos hoy si las feministas no hubiesen retado los discursos sobre mujeres y  su inferioridad biológica? 
  No es la biología la que hace a los hombres peligrosos y a las mujeres cuidadosas pero si lo es, en este caso es una biología moldeable que puede pasar por la ideología y no viceversa. 
 Hillary clinton es una mujer biológica,  lo fue Thatcher, lo es Merkel,  pero estas mujeres que  en el poder y han defendido y defienden el Capitalismo puro y duro. El Capitalismo no da cabida al feminismo. 
Pero el hecho de que mujeres poderosas dentro del Capitalismo tengan vagina no  es en absoluto nuestro discurso, porque nuestro discurso no es biológico sino filosófico y en última instancia ideológico.
 Lo grave es que mientras hablamos de biología e ideología, podemos alimentar la transfobia, que no es mejor que el racismo, podemos excluir a personas de su derecho a ser, y podemos cerrar las posibilidades de muchas mujeres trans de sentirse parte y querer formar parte del feminismo.
 Un humilde consejo es reunirse y hablar, y ver que tenemos qué decir y qué aportar. Con mensajes cortos en las redes recogidos fuera de contexto, con fotos de casos aislados con discurso llamativos que pretenden mover a la animadversión, no se construye un movimiento serio de personas que quieren cambiar las cosas.




  
 




  

  
 
  

 
  

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