martes, 4 de agosto de 2020

Juan Carlos I : Elena y "sus condiciones" Décima parte

Canta la Polla Records allá por 2003 "el rey es feo, la reina es fea, el príncipe feo, la infanta es fea, la otra infanta es fea, joder que fea es", algo imposible de cantar después de la Ley Mordaza.


Cuando Evaristo dice "joder qué fea es" todos saben a quién se refiere.
No apoyo que se ataque a una persona por su aspecto físico o su limitada inteligencia ni me gustan los chistes de feos, tontos, maricas o gangosos.
  Ha sido el hermetismo de la Casa Real respetado por la prensa como una intocable Ley del Silencio lo que ha hecho que  la enfermedad de Elena se convierta en algo encubierto, rodeado de morbo y  como resultado, objeto de chanzas.
Su físico poco agraciado y su extraña expresividad han hecho crecer las sospechas de que algo va mal con la salud de la primogénita de Juan Carlos.
 Un secreto a voces que comienza con la contradicción entre los artículos 14 de la Constitución que recoge la igualdad de los españoles ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación por razón de sexo y el 57 que establece que en cuanto a la sucesión será preferido el varón a la mujer.
  Parece ser que es el mismo rey el que insiste en que se introdujera esta salvedad porque "mi hija mayor no está en condiciones de reinar"
    "No estar en condiciones" es una frase terrible, cruel  durísima, dicha de un padre hacia una hija. Unas palabras que han echado sobre la infanta el peso de la sospecha de la discapacidad psíquica, lo que ha hecho que se la osberve con retorcimiento, a la búsqueda del signo físico o mental que la delate.
  Fuera de nuestras fronteras la prensa habla de la "enfermedad"  de la primera hija de los reyes con más naturalidad  "La infanta Elena nació enferma, como muchos de sus antepasados, y todavía hoy debe someterse a continuas terapias"  publica la monárquica revista italiana Oggi en 1988.

En España se habla, claro que se habla, pero a nivel familiar y privado. Proliferan  chistes y chanzas sobre la infanta fea y tonta, pero ningún periodista se atreve a tocar el tema de algo tan importante como los motivos que llevan al rey a excluirla del derecho a la sucesión.
Quim Monzó en 1994, en el programa "Persones humanes", sufre en su momento la censura por este motivo. Con motivo de la  boda de Cristina en Cataluña se emite un programa sobre la monarquía. Quim tras un monólogo sobre los grandes esfuerzos que supone ser rey,  habla de la infanta Elena , quien aparece llorando en el palco durante las Olimpiadas, bromea sobre sus amores con un jinete y sobre su supuesta enfermedad mental. El asunto termina con Jordi Pujol pidiendo disculpas a la Casa Real por tan nefasto programa. También Miquel Calçada de ERC le pide perdón  al rey.
  El chiste sobre el jinete (no se sabe quien monta a quien) está relacionado con la fama de buena amazona que le da la prensa en sus años mozos.
   De moza practica en las caballerizas de la Guardia Real en El Pardo, donde deja  ver sin tapujos su malaleche, algo que es marca de la casa Borbón. En alguna ocasión llega a fustigar al ayudante que se encarga de su caballo, porque los borbones son campechanos, esto quiere decir que lo mismo se apoyan en ti y te tratan como  a un tronco de toda la vida que te pegan.
 El campechanismo es una actitud que solo se puede tener cuando eres muy poderoso o muy rico. El arte de tratar a los inferiores como iguales cuando te lo pide el cuerpo porque el juego es tuyo, y tú lo empiezas y tú lo terminas.

  La infantita es tratada desde niña por una psicóloga y un buen equipo de terapeutas,  lo que le permite poder terminar sus estudios, primero en el Colegio de Santa María del Camino y luego en la Escuela Universitaria ESCUNI de Madrid, donde se diploma en 1986 como maestra de Educación General Básica en la especialidad de idioma inglés. Luego efectua un curso especializado de Sociología y Educación en Exeter (Reino Unido), y completa sus estudios en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, donde obtiene la licenciatura en Ciencias de la Educación en junio de 1993. No indagemos sobre como lo obtiene y cuanto cuesta dar un aire intelectual a Elena mediante unos títulos universitarios adecuados.

   Finalizada su etapa de formación, Elena se dedica, como la infanta Cristina, a colaborar en actos oficiales que requieren la presencia de algún representante de La Zarzuela.
  Se dividen los actos entre culturales para la infanta lista, Cristina, quien luego en los juicios del Caso Noos resulta ser la más tonta, pero todo a su tiempo; se queda con los asuntos culturales  y Elena con los educativos relacionados con la infancia y con algunos aspectos de los niños discapacitados, aunque con sus limitaciones porque cuando Elena en 1991 toma una decisión propia, y decide aceptar la presidencia de los Juegos Paraolímpicos españoles, a la familia no le gusta y  la Casa Real interviene para que no pueda tomar decisiones sin ser consultado el Rey.

 1994 será el gran año de Elena María Isabel Dominica de Silos de Borbón y Grecia. La infanta nos presenta a su novio formal, Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, hijo del conde de Ripalda.
 El condado de Ripalda es un título nobiliario español creado el 23 de marzo de 1724 por el rey Felipe V, el follarín o el rana. Así que el elegido es de buena familia vinculada a los Borbones, aunque no sea un lumbreras ni un Adonis.
El curriculum de Marichalar es más bien escuálido: título de bachiller  y un gris empleado de banca, pero al entrar en la Casa Real se convierte en economista y banquero.  Después, cuando se descubre que no  ha pasado por la Facultad de Económicas, se cambia "economista" por "conocimientos de economía"
   La boda de la infanta se celebra en Sevilla el 18 de marzo del 1995,  un acontecimiento en las revistas del corazón. La familia real y la infanta están en el tope de su popularidad.
  A Marichalar la boda le supone un verdadero braguetazo, su carrera sube vertiginosamente, con un sueldo de 18.000 euros mensuales y un montón de cargos rimbombantes: managing director senior adviser, presidente Winterthur, consejero Portland, miembro consejo administración de Loewe y asesor de Arnault, el dueño de las marcas de lujo como  Vuitton o Dior.
 En fin, que Marichalar pasa de pastor a perito de las cabras.

   Jaime y Elena se instalan  en Madrid, en un ático de 500 metros cuadrados en plena Milla de Oro del Barrio de Salamanca. La vivienda conyugal la decora la interiorista  Rosa Bernal, en colaboración con Jaime, que ya ha creado el mito del hombre elegante de gustos refinados. Después del divorcio Elena abandona el ático para irse a una chalecito y más tarde un apartamento de 400 metros cuadrados en el Retiro, desde donde nos ha cantado que resistirá hasta el fin durante los días duros del confinamiento por coronavirus.

 En el hermoso ático de la Milla de Oro nace Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, que ya es un icono borbónico. Cuando su padre presenta a su hijo dice a la prensa, "el pobre se parece a su madre". ante la sorpresa  y risas entrecortadas de los periodistas, no saben si bromea, si está nervioso o si lo ha dicho en serio. Luego nace Victoria Federica. Esta vez Marichalar corrige y dice "Gracias a Dios se parece a su madre" lo que no arregla nada porque se sigue sin saber si está de broma, nervioso o si habla en serio.
  Debido a su sangre azulísima los Marichalar pueden presumir de ser los menos plebeyos de los borbones actuales. Las hermanas Gladys llevan sangre Ortiz y el Orfeón Donostiarra sangre Urdangarín, sin una gota de tinte añil.
 
   Marichalar  y la infanta con sus parejita son la familia de moda.
 Jaime se lleva a la infanta, a los lugares más sofisticados y chic de América (Los Hamptons) y Europa (Capri), le aconseja el estilismo y la oculta bajo voluminosas pamelas. Y es que a Marichalar la Palma de los reyes se le queda pequeña y algo hortera.
Cada día la prensa saca fotos del matrimonio chic aplaudiendo su elegancia. La infanta tonta se ha convertido en una señora casada y sofisticada; pero además de la buena ropa a Marichalar le tiran los polvitos blancos y la dolce vita. El matrimonio va de mal en peor hasta que en noviembre de 2007 se anuncia el cese temporal de la convivencia. La Casa Real quiere la nulidad eclesiástica para cuya obtención la infanta alega el consumo ocasional de cocaína. Teniendo en cuenta que al divorcio le llaman cese temporal, ya podemos entender lo que significa consumo ocasional.

  Pero una cosa es que lo alege la infanta y otra es que lo ponga un periódico en su portada. La revista Época publica el 26 de septiembre de 2008 que uno de los motivos que han arruinado el matrimonio es "el consumo ocasional de cocaína" y Marichalar emprende acciones legales por injurias. El juzgado de lo Penal 13 de Madrid absolve a los periodistas  y aunque  en 2014 el ex-yerno apela, ya no tiene a la Casa Real para protegerlo. La sentencia en su contra no tiene recurso.

La infanta Elena,  cesada convivente, vive casi  retirada de la vida pública, lleva una vida familiar y tranquila en su espacioso apartamento. Compartimos una escena familiar al azar:
"Quién coño me ha movido el dial de la radio" se puede escuchar en la calle a las ocho de la mañana Su escolta, que dos segundos antes le ha abierto la puerta de su utilitario color burdeos  asume de inmediato el error. "Perdón, señora, he sido yo".  Froilán, a quien llama Pipe, llega tarde y escoltado. El niño sube al asiento de atrás y la duquesa de Lugo le reprende con cariño porque se le han pegado las sábanas.

  Marichalar  por su parte se ha quedado con el ático del Barrio de Salamanca, y la fama de rico cocainómano, lo que a su hermano Álvaro le duele en el alma.
 Desde su exclusivo apartamento en Madrid Álvaro de Marichalar cuenta a Hola a cambio de algunas monedas que su hermano fue calumniado por el ictus, que se intentó fusilar su honorabilidad y aún así fue un ejemplo de nobleza, educación y dignidad.  Añade que incluso se rieron de él cuando iba en patinete, cuando fue un pionero. Igual lo fue con el manos libres y los mismos que se reían van hoy en su patinete dando gritos. En cuanto a sus sobrinos Froilán y Victoria Federica el tío Alvaro asegura que también hay mucha malaleche, que no es verdad que sean fascistas de VOX, que fumen, no estudien, le griten a la madre, peleen en público y les gusten las apuestas y las fiestas y el alcohol además de no conocérseles oficio ni beneficio.
Como vemos hay un universo paralelo donde viven unos borbones ejemplares y otro donde viven los que todos conocemos. Hubo un tiempo en que solo veíamos el universo de los dechados de perfecciones, quizá por eso la realidad nos está dejando sin capacidad de reaccionar. Pensemos que el cese temporal de la convivencia se consideró algo vergonzoso y mundado en una Casa Real tan estricta y con componentes tan correctos y tradicionales.
 Juan Carlos el modelo a seguir,  casado toda la vida con su esposa, repitiendo hasta la saciedad "la reina y yo" tiene que padecer este deshonor del divorcio de su hija y los vicios de su yerno.  Se entiende ahora por lo que la apartó del trono en su momento. Por no saber limpiar la nariz blanca al marido y ajustarse bien la pamela para las fotos mientras se hacía sus escapaditas con el guaperas de turno .

 Siguiendo con Elena, la infanta decide trabajar tras el divorcio como profesora de inglés en una guardería, nada más alejado de el glamour a que la arrastraba Marichalar por Capri camuflada bajo aquellos elegantes aleros de seda y tul. La guardería es privada y pertenece a las hermanas Riva Aldama, amigas a las que les agradece el favor de haberle ofrecido un trabajito robándoles todos los alumnos para llevárselos a su propia guardería "Micos, mi primer cole" Las hermanas tienen que cerrar porque la buena sociedad madrileña prefiere decir que tiene a los nenes en la guardería de la infanta Elena y por si cae algún favor real por colaborar en la empresa real.


 En medio de los escándalos de corrupción Elena sale limpia con su dulce guardería y parece cada día más lista sobre todo si la comparamos con su hermana que se ha declarado tonta del bote en el juicio  del marido.


  Claro que no hay Borbón sin su trastienda, y la infanta Elena, la de Micos, mi primer cole, disfruta de un contrato  en la Fundación MAPFRE con una remuneración de 200.000 euros anuales. Su trabajo consiste en integrar laboralmente a personas discapacitadas y niños con problemas de exclusión. Obviamente la fundación  pudo elegir a una persona con más experiencia y formación que le hubiese salido más barata. Pero si te llaman y sale el número de Zarzuela hay que responder.
Bueno, no seamos malos con la infanta, se entiende el sueldo de maestra no le llega para sostener su pisito de 500 m² en el barrio del Niño Jesús de Madrid y dos hijos que no quieren sentar cabeza, acostumbrados a trabajar poco y a gastar mucho.
De vez en cuando tendrá que darse un baldeo por la República Dominicana a pedir el aguinaldo al bueno del abuelito.


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