martes, 7 de julio de 2020

Felipe V : un cojín y una mujer


En mi empeño de  averiguar el génesis del furor genital de los Borbones he empezado un trabajo de malsano cotilleo, metiendo la nariz en las historias ocultas de sus antepasados.

 Por ahora parece ser que Felipe V de Borbón tenía ya ese gen maldito que no les deja tener la bragueta subida un segundo.
Hago una breve introducción histórica para situarnos y luego expongo el resultado de mis indagaciones



Felipe de Borbón(1683-1746) fue el primer soberano de la dinastía de los Borbones, tras vencer la guerra de Sucesión contra los candidatos al trono del último de los Austrias Carlos II, el Hechizado (1661-1700) muerto sin descendencia y con graves problemas mentales.
Felipe V llegó a España sin hablar una palabra de español y con 17 años de edad. Fue nombrado rey en las Cortes de Castilla y se dirigió a Aragón conde juró los fueros y seguidamente convocó las Cortes Catalanas y también las juró. Luego en Madrid formó un Consejo de Despacho, por medio del cual ejercería un poder real por encima de los Concejos de los Austrias. El rey Sol, abuelo de Felipe, iba a ser el dueño de España. Esto decía de su nieto "Es poco instruido, incluso menos de lo conveniente a su edad. Será fácil gobernarlo..."  Luis XIV organizó la Hacienda mediante su hombre de confianza Orry , apañó la boda de Felipe con María Luisa de Saboya. y preparó la llegada de la Princesa de los Ursinos como camarera de la reina quien controlaría todo lo que sucedía en la corte e informaría al rey de Francia. 

 Alberoni diría del rey " todo lo que necesita el monarca es un cojín y una mujer"

La reina María Luisa tenía 13 años cuando llegó y como había de consumar su noche de bodas en presencia de testigos estuvo tres días encerrada en un cuarto llorando y pidiendo volver con su mamá. El cuarto día aceptó consumar el matrimonio pero sin mirones.
La afición borbónica por los cojines y las mujeres se refleja en esta carta escrita por la princesa de los Ursinos al rey Sol "... no hay manera alguna de que el rey abandone la alcoba, por su gusto estaría todo el día en la cama con la reina" 

Como no se cortaban en público y estaban en una corte católica el rey se pasaba la vida del fornicio al confesionario y del confesionario al fornicio. Sería por este ir del arrepentimiento a la lujuria que el rey acabó pasando de la tristeza a la euforia con la misma facilidad con que se sentaba en el reclinatorio o jugaba al escondite con la reina.

  Los psiquiatras decían que el rey padecía de satirismo, un irrefrenado deseo de practicar el coito,  gen que parece haber sido heredado por todos los Borbones.

El embajador francés Saint-Aignon escribía en 1717 “el monarca se está destruyendo visiblemente a causa de la utilización excesiva de la reina. Está completamente agotado”.

En los periodos en que estaba deprimido se encerraba meses en su cuarto, negándose a asearse y a vestirse, de ahí le vino el sobrenombre "el guarro", aunque cuando llegó a España se le llamó El animoso y pasado un tiempo El melancólico. 

Maria Luisa de Saboya quien realmente había estado al mando del país junto a la princesa de los Ursinos murió a los 25 años de tuberculosis, después de haber parido tres hijos de los que sobrevivieron tres.
El rey empezó a manifestar un comportamiento errático por sus deseos incontrolados de hembra. Recibía a otros monarcas e importantes personalidades en camisón de dormir y sin pantalones y hubo un periodo en el que estaba convencido de que era una rana.
Les procuraron diferentes meretrices para calmarlo pero como era creyente luego se deprimía más buscando el perdón divino. Esto llevó a la decisión de casarlo de nuevo, para que "follara y dejara al despacho gobernar" Solo estuvo viudo diez meses.
La siguiente esposa sería Isabel de Farnesio quien mantuvo al rey entretenido en la cama mientras ella se encargaba de controlar el gobierno en la fase de influencia de los italianos y con esto concluimos la historia del primer ilustre antepasado de nuestro jefe de Estado, Felipe VI. 

No hemos tocado la política ni la economía ni la sociedad porque nada de esto importaba al Borbón fornicador. Si hemos de hablar de ello entonces tendremos que dedicarnos al estudio de las dos reinas

 Una gran fuente de ingresos en las arcas reales fue la venta de títulos nobiliarios, muchos comerciantes y hombres de negocios de Indias vieron una una forma rápida de entrar en  la aristocracía española : pagar por títulos. Algunos títulos fueron tramitados por la Cámara de Castilla pero otros los arreglaron las reinas y probablemente lo que se pagó por ellos no se sabrá nunca pero donde fue el dinero, eso no parece tan imposible de averiguar. 

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