domingo, 2 de agosto de 2020

Juan Carlos I y el GAL. Décima parte



Mister X como M. Rajoy  es una abstracción, no existe, como todas sabemos.

Nadie ha podido establecer en el terreno judicial que Mister X es Felipe González en los GAL, y mucho menos que Juan Carlos pudiese estar al tanto del horror que en los oscuros sótanos de las comisarias y en los despachos de la Junta de Jefes de Estado Mayor estaba tomando "forma legal",
 porque de horror militar y de comisarías sombrías un país con cuarenta años de dictadura nacional católica sabe lo suyo .
 Como no se puede establecer judicialmente nos limitaremos en este capítulo a recordar contínuamente la presunción de inocencia del rey.



ETA ha herido en enero de 1983 dos suboficiales en Bermeo, ha secuestrado a Miguel Ignacio Echeverría a cambio de 160 millones de pesetas, rescate que es pagado y el joven de 20 años es liberado. El lendadakari Garaikoetxea propone a Felipe González un plan de paz  mediante un diálogo con Herri Bastasuna. El PSOE acepta negociar con el PNV y Hb, pero exige que no haya periodistas. HB se niega a negociar sin periodistas que informen sobre las conversaciones.
 Es entonces cuando el  número dos del Cesid,  Juan Alberto Perote recibe un encargo de su director sEmilio Alonso Manglano  para que elabore un informe sobre cómo combatir a ETA.

ETA continúa su actividad en con varios asesinatos de guardias civiles, en uno de los atentados muere un niño, y policías, coches bomba y motines en cárceles.

El Acta fundacional de los Grupos Antiterroristas de Liberación es un documento secreto, luego desaparecido,  surgido de la Junta de Jefes de Estado Mayor, que es el órgano colegiado de asesoramiento militar del Presidente del Gobierno y del Ministro de Defensa  en todo aquello que se refiera a la evaluación y conducción estratégica de operaciones militares y medidas necesarias para asegurar que los Ejércitos mantengan en todo momento la máxima eficacia operativa conjunta en relación con los recursos que les hayan sido proporcionados. La preside el Jefe del Estado Mayor de Defensa. Las decisiones tomadas por la Junta de Jefes de Estado Mayor pasan al Ministro de Defensa y de ahí al presidente del gobierno quien despacha semanalmente con el Rey.
El rey es el jefe supremo de las fuerzas armadas y entre sus funciones está ser informado de los asuntos de Estado.
 Pongamos que Felipe González y la Junta de Jefes de Estado Mayor  no quieren importunar al rey con lo que han decidido sus tenientes generales y almirantes en ese documento que da patente de corso para matar etarras o sospechosos de ser etarras. Pongamos que nos creemos esto. Estamos ante un rey negligente que no ejerce sus funciones. Pongamos que sí lo sabía, estamos ante un delincuente conocedor y soporte del terrorismo de Estado.
En julio de 1983  se encarga al  Cesid la elaboración de la mencionada "acta fundacional" de los GAL en la que se examina la posibilidad de llevar a cabo acciones de "guerra sucia" en el sur de Francia ante la falta de colaboración en la lucha antiterrorista.
Narcí Serra, ministro de Defensa,  es informado del tema en una reunión con la Junta. Es el mismo Serra quien cuenta en el juicio sobre el secuestro de Segundo Marey, que debido al atentado contra el capitán Martínez Barrios la Junta de Jefes decide que hay que cambiar los métodos de lucha contra ETA.
El rey es el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, por lo tanto puede haber presidido la reunión del acta fundacional, pero la Zarzuela lo niega, así como niega que esté al corriente. Es decir la Junta de Jefes se reune sin conocimiento del jefazo y toma decisiones que aparecen en las actas del CESID sin que el rey sepa nada. Algo sospechoso si tenemos en cuenta que el rey tiene teléfono personal y privado con el CESID.
 Cuando se reune con Felipe González para despachar, como suelen hacer cada semana, tampoco Felipe le cuenta nada de ese grupo que va a dar a ETA jarabe de palo.
   A lo mejor es verdad que el rey le hace caso en eso de "usted diviértase que de gobernar nos encargamos los socialistas" y se tapa los ojos y los oídos y solo los abre para conocer como va el IBEX y jugar siempre a caballo ganador.
En septiembre de 1983 Perote elabora una "Nota de despacho" en la que se advierte del inicio de acciones en Francia por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado o de mercenarios contratadas por éstas. 
  En octubre los GAL están en pleno funcionamiento. El inspector Gutierrez Arguelles y tres miembros de los GEO tratan de secuestrar al etarra Larretxea en Bayona. El terrorista sale herido pero un gendarme observa la acción y detiene a los agentes. Barrionuevo y Sotillos, ministro del Interior y portavoz del Gobierno dicen que ha sido un accidente. a   Unos días después el secuestrado Martín Barrios aparece ejecutado.
Los GAL han secuestrado a Segundo Marey y han cometido varios asesinatos a principios de 1984.  ETA por su parte sigue matando.   La responsabilidad del intento de secuestro de Segundo Marey la asume Francisco Álvarez, jefe superior de policía de Bilbao, y los cuatro policías que secuestran a la persona fallida son puestos en libertad.
 Los grupos antiterroristas de liberación van a trabajar desde 1983 hasta 1987, cuatro años en los que han asesinado a 29 personas.  En septiembre  Francia entrega a España a dos etarras y ese mismo día la agencia France Press pone en boca de "fuentes parisinas bien informadas" que se esperaba como contrapartida "que el Gobierno de González ponga fin a las actividades de los GAL".
Su desaparición está en relación con  los acuerdos entre los Ministerios del Interior de España y Francia. España pone sobre la mesa las deportaciones, las entregas inmediatas y las extradiciones y Francia exige la desaparición de los GAL. España se quita en realidad un peso muerto de encima, consigue la colaboración del gobierno galo, y  ya tiene en vigor la Ley Antiterrorista que no hace necesario algo tan engorroso como el GAL. Le sale como otro 23F.

Se puede creer que el ciudadano más informado de este país ha aplaudido los asesinatos de etarras pensando que es cosa de sicarios y pistoleros pagados por ciudadanos cabreados, pero para creer eso debes estar muy ciego, o ser muy monárquico, o muy felipista o muy facha. Al final todo resulta ser casi lo mismo.

En 1989 Pedro J. Ramírez quien ha sido despedido como director de Diario 16 debido a la sombra alargada de Felipe González ha creado el Mundo para llevar a cabo su gran venganza:  acabar con el sevillano.
  El Mundo saca día sí día también  una portada sobre los GAL para hundir no solo a Felipe sino al felipismo.
  El PP que no ve la manera de echar a González por más que Aznar repita a diario el ridículo "váyase señor González", ve la luz :  hay que aliarse con el Mundo y enfangar al PSOE hasta los ojos en el turbio asunto de los grupos antiterroristas, aunque su exitencia al PP le encante y aplauda cada vez que cae un etarra muerto. Una vez hundido Felipe solo habrá que negociar la omertá en el asunto de los GAL.

El rey llama a Baltazar Garzón a la Zarzuela en plena instrucción de los casos de Amedo y Domínguez. Los dos policías acusados por el atentado de Hendaya,  en el que resultó muerto Juan Carlos García Goena, actuando en el ejercicio de sus funciones. Amedo y Domínguez estaba ya procesados por formar parte de banda terroristas, seis asesinatos frustrados y otros delitos menores, posiblemente los atentados a los bares Batzoki y Consolatión en el Sur de Francia.
El rey aconseja a Garzón que no siga con lo de los GAL, que ese es un tema de Estado. Garzón comenta esto con un grupo de "conocidos"y después de una llamada de Felipe González, donde dijo digo dice diego.
Felipe sabe bien que Garzón es un superstar, y que le gustan las luces de los focos. Le ofrece el número dos en el cartel electoral y el ministerio de Interior. Como está previsto sale diputado, pero en lugar de ser nombrado Ministro de Interior, se le da un puesto de  delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, con rango de secretario de Estado, bien lejos de Interior y de los GAL. Apenas un año más tarde estaba peleado con Felipe González, dejaba su cargo y regresaba a la judicatura, donde permanecería hasta 2012, en el que fue echado de la judicatura por meter la nariz en los asuntos de la Gurtel.

  Cuando Vera y Barrionuevo declaran en el juicio contra los agentes Amedo y Dominguez sostienen que los GAL son grupos inconexos, mercenarios contratados para atentados. Amedo y Domínguez son condenados pero mientras están en la cárcel reciben cantidades millonarias mensuales de los fondos reservados de Interior y alquien les comunica que van a pasar pocos de los ciento y pico años a que han sido condenados en la cárcel.

Felipe González nombra ministro de Interior y Justicia en 1993 a Juan Alberto Belloch, para que gestione el asunto engorroso de los GAL y sobre todo de Roldán. Lo primero que hace es dejar de pagar a Amedo y Domínguez y demorar el indulto.
En 1994, tres ex GAL, Perote, Álvarez y Sancristóbal . ya trabajadores de la privada, reciben presiones de Domínguez y Amedo amenazando con hablar. Belloch no les paga y el indulto no llega. Les dicen que hablen con el director del CESID, Manglano, para que el rey pare el vendaval. El rey que se queda de piedra porque el de los GAL no ha oído hablar en la tele, ni en la prensa, ni ha preguntado al presidente del gobierno ni ha indagado en el CESID.
  Vera, el Secretario de Estado para la Seguridad, es recibido en la Zarzuela para hablar de este turbio asunto del que rey no sabe nada y como no sabe nada lo escucha sin saber nada y nada hace al respecto.
A finales 1994, Amedo y Domínguez relatan a El Mundo el principio y el fin de los GAL y se acercan al juez Garzón  quien llama a declarar a los gordos del del Ministerio del Interior: Rafael Vera, Julián Sancristóbal y Francisco Álvarez entre otros.
El ministro Juan Alberto Belloch por su parte trae de vuelta a Roldán del extranjero, con engaños, y el corrupto exdirector de la Guardia Civil jura que va a "cantar"
Es en este periodo aparecen los restos de José Lasa e Ignacio Zabala, los dos jóvenes secuestrados el 16 de octubre de 1983 y luego torturados y asesinados por miembros de la Guardia Civil en la que fue la primera acción de la guerra sucia.
Están tantos involucrados en tan turbios, tienen todos las manos manchadas de sangre, y esa es su salvación, nadie va a hablar sin tirar piedras en su propio tejado.

Mario Conde (quien tuvo su historia de amor con el Rey, dedicaremos un corto capítulo a ello,  y que fue abandonado cuando cayó en desgracia ante la opinión pública porque el rey se deshace de políticos indeseables como de amantes que se encuentra en la proa del barco cuando se acerca la reina) se encuentra en prisión por asuntos que nada tienen que ver con los GAL . Pero en la cárcel se encuentra con Julián Sancristóbal, quien en los paseos al aire libre tiene mucho tiempo para contarle lo que sabe y sabe mucho.
 Cuando Mario Conde sale de la cárcel busca a Perote, por consejo de Sancristóbal, quien después de dejar el CESID es asesor de Repsol
  Perote le cuenta que cuando deja el CESID quema todos los documentos pero que todavía conserva valiosa información. Cierto que ya no tiene documentos para ir a juicio pero sí le queda algo que podía interesar a la prensa, especialmente al insaciable Pedro J.
 Conde pretende por su parte solucionar sus asuntos pendientes y retornar a la situación en la que estaba antes de la intervención de Banesto. Será el rey quien facilite la negociación de Perote y Conde con la Moncloa porque Conde sabe mucho sobre el rey

Gracias a la mediación de Mario Conde, el diario El Mundo, azote del felipismo comienza a calmarse un poco y comienza con un gesto bonito hacia su Majestad:   Evita  publicar la aparición de los cadaveres de Lasa y Zabala para no molestar al rey que casa a su hija Elena con Marichalar.

Perote trata de presionar a Barrionuevo quien se asusta al pensar que los documentos que posee puedan caer enmanos de Garzón. Cuando la noticia de los documentos de Perote y Mario Conde llega a Felipe González el presidente hace que el jefe de la División Interior del CESID amenace a Perote.
El rey llama a González para que reciba al abogado de Conde y Perote y negocien. La negociación no va bien. Felipe echa mano al entonces Boletín Oficial del Estado, el diario El País y el periódico publica que Conde y Perote han pretendido chantajear al gobierno y al rey con información reservada que el exagente ha robado del CESID. Cuando dice el gobierno y el rey, González sabe lo que dice, le está recordando al rey que sabe demasiado como para cargar solo con lo que pueda caer.
Luego González cuenta al País que lo de los GAL es solo una conjura contra el gobierno socialista y el rey. Si Felipe va a la cárcel se lleva a la monarquía por delante. El rey entiende el mensaje, aunque de los GAL sigue sin saber nada.

El Diario 16 publica un artículo sobre chantajes al rey por parte de Mario Conde. Los papeles del CESID están en la prensa pero al no ser descalificados no se pueden publicar.
 Después de la primera ronda de detenciones (Sancristóbal, Álvarez, Planchuelo, Vera, etc.), la cosa empieza a complicarse de verdad, ya está preparada la caida de José Barrionuevo. En la recepción del día de la Hispanidad de 1995 el rey se interesa por la salud de "Pepe" porque sabe que va a ser condenado. Algunos cercanos al ex-ministro le aconsejaban que se lleve a González por delante.
El 3 de marzo de 1996 Aznar gana las elecciones después de haber pactado un final pacífico a los escándalos anteriores. El rey favorece el pacto porque sabe que en ese final pacífico va la monarquía incluída.

González sabe que Arias Salgado, el ministro de Interior que va a nombrar Aznar está metiendo la nariz donde no debe; contacta con la Zarzuela y Juan Carlos telefonea a Aznar para citarlo al día siguiente por la mañana. Aznar que se ha presentado como el presidente honrado que va a regenerar España y acabar con la corrupción, acepta las presiones del rey dejando claro desde el primer momento su talla ética y moral.
Se hace una reunión de ex-presidentes con el rey, González, Suárez y Aznar para cerrar el asunto de los GAL, del que rey nada sabe, como no nos cansamos de repetir.
  Aznar acepta que el rey y González intervengan en nombramientos importantes de Defensa, Interior y CESID y Arias-Salgado pasa a Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones, con lo que deja su labor de justiciero en la guerra sucia del GAL por la desastrosa gestión de aeropuertos.
Defensa e Interior van a parar a manos de Serra y Mayor Oreja, hombres de confianza del rey.
Felipe González  sigue con su relato de la trama para acabar con él y con el rey dejando muy claro que sus están indefectiblemente unidos. Ansón de ABC se presta al juego. Nunca se ha sabido con qué argumentos es presionado Luis María Ansón para colaborar con Vera y Barrionuevo.
 La vista de Vera y Barrionuevo es un circo en el que un encausado se presenta a declarar en pijama y bajo los efectos de alguna medicación que lo tiene cuajado, un testigo que sufre un dramático ataque al corazón mientras contesta a las preguntas del fiscal y muere en el acto y en  medio del espectáculo aparece un video de Pedro J fornicando con una prostituta ecuatoriana, usado para chantajearle.

González, el rey y Aznar se reunen contínuamente para ver como acaban con del desaguisado.

El compromiso definitivo lo sellan Juan Carlos y José María Aznar, ya finalizado el juicio, en el "pacto de Marivent". El gran defensor del respeto a las decisiones judiciales, Aznar, acude a un despacho oficial en Mallorca con el árbitro y moderador del buen funcionamiento de las instituciones, Juan Carlos, y llegan a un acuerdo.

Rafael Vera y José Barrionuevo son condenados a 10 años de prisión cada uno, y Felipe González los despide a la puerta de la cárcel de Guadalajara pocos días después. Pero ni el exsecretario de Estado para la Seguridad ni el exministro de Interior se quedan mucho tiempo haciendo footing en chandal por el patio del módulo reservado para ellos solos. En tres meses Barrionuevo sale de la cárcel. A Vera, apenas dos meses después, el Gobierno de Aznar, le concede un indulto parcial que rebaja la pena a poco más de tres años
Mister X y el ciudadano Borbón siguen felices en sus barcos disfrutando de la vela. Mister X sin saber que es Mister X y el rey sin saber lo que son los GAL.


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