miércoles, 24 de junio de 2020

¿Marxismo versus feminismo?

Leo en la página de Facebook de un compañero marxista "Menos feminismo y más lucha de clases".
Le respondo que en toda lucha de clases hay una pirámide de luchas, hay estadios intermedios y micropoderes. Si no entendemos y tratamos de entrar en dialéctica con esta complejidad  estamos compartiendo el pensamiento burgués de la inexistencia o la poco significativa presencia del patriarcado, la homofobia,  laxenofobia o el racismo y lo innecesario de sus luchas.

Recuerdo una película de Cantinflas que expresa de un modo gráfico la idea del micropoder. Un capitán del ejército en su despacho llama a su inmediato subordinado, le reprende y lo abofetea. Este hombre, pongamos un cabo, busca a un soldado. le reprende y lo abofetea. El soldado encuentra a Cantinflas que está fregando el suelo, lo reprende y lo abofetea. Cantinflás sale enfadado a la calle, encuentra una cabra y le da una patada a la cabra.

¿Dónde establecemos en este grupo la lucha de clases? ¿Entre las cabras y los capitanes generales e ignoramos toda la escala de poderes que mantiene esa superestructura?


 La sociedad en que surgió el pensamiento marxista no es la sociedad del siglo XXI, y por lo tanto aunque marxistas seguimos siendo, los tiempos requieren nuevos análisis y no podemos aplicar las mismas herramientas a períodos significativamente diferentes.
   El ecologismo, el feminismo, el pacifismo, la lucha de "los negros" son diversas luchas de los excluídos de la sociedad capitalista. Marx era un entusiasta del progreso de la sociedad industrial, en ese sentido su pensamiento se alineaba con el pensamiento burgués del progreso contínuo e ilimitado, algo que hoy se ha convertido en una pesadilla.

   En el tiempo de Marx el papel social de las mujeres estaba limitado a lo que los hombres- padres, maridos o hermanos- les permitieran, así que el hecho de no excluirlas de su idea de igualdad y libertad era un avance dentro de su filosofía. El pensamiento feminista no entiende el cambio social si se mantienen las estructuras de poder capitalista dentro de la primera célula de la sociedad: la familia. Para Marx la historia es un proceso de lucha de cases mediante la cual los seres humanos tratan de librarse de la explotación. Si consideramos que la lucha feminista es algo que obstruye, entendemos que la sociedad es un objeto único donde todos tienen los mismos intereses y la lucha debe ser una,  entonces estamos negando la misma dialéctica del marxismo.

   El marxismo antifeminista es un oxímoron, puesto que una ideología que pugna por la libertad y la igualdad no puede pretender hablar de lucha de clases ignorando  las luchas internas, y afrontándolas. El patriarcado  es el gran pilar del Capitalismo. el que domestica al obrero rebelde proporcionándole un espacio de poder, un espacio de descanso del guerrero con una criada gratis, sin la destrucción del patriarcado poco se puede avanzar y esa es la primera gran lucha del feminismo.

El Capitalismo genera divisiones internas por razas, sexo, edades. Ignorar esto es, como dije al principio, tener la visión de las clases dominantes, son ellas las que no ven  o no les interesa ver colores, ni sexos, ni edades.

No hay contradicción alguna entre feminismo y marxismo desde esta perspectiva.

Marx, por otro lado, entiende la naturaleza humana como interacción social, no como algo estático y estable. La situación de la mujer florero, envasada en una feminidad no discutida por ella misma sino impuesta por el patriarcado, choca profundamente con esa sociedad en lucha, crítica y en contínuo movimiento. La mujer que lucha en la calle y no cuida a sus hijos es considerada una mala mujer, por lo tanto la mujer si quiere luchar debe empezar contra lo básico, contra el mismo lenguaje en que patriarcado la ha encerrado. Si los compañeros de lucha la atacan también no se extrañen si se distancian y crean su propio frente.

   Marx no concebía una sociedad sin conflicto, el proceso de cambio es una combinación de teoría y práctica, del intercambio de ideas y experiencias y si los hombres se niegan a escuchar las ideas y las experiencias de las mujeres por considerar que pretenden dividir a la gran clase social obrera, están negando toda dialéctica interna. Se puede discutir con el feminismo cuanto  se quiera pero si lo que pretenden es silenciarlo porque no cabe en la caja de hierro donde el que es pequeño se estira y el que es grande se recorta, no pretendan que las mujeres se callen y se unan a su lucha con programación masculina, porque el patriarcado es entendido por el feminismo comom homónimo de Capitalismo.

Marx considera el trabajo humano como fuente de toda riqueza y denunció la opresión de la mujer en la familia capitalista burguesa, habló de la esclavitud latente en la familia y como los hombres se apropian del trabajo de la mujer. Hay una presencia latente del pensamiento feminista en la obra de Marx pero se trata de querer verlo o no, de ceñirse a prejuicios del tipo " las feministas destruyen la lucha de clases"
   
Si nos ceñimos al Marx del siglo XIX  en lo referente a la fuerza liberadora de la industria en lo referente a las mujeres - quienes podrían trabajar al requerirse menos fuerza física quedando  liberadas así del control patriarcal-  lo que la experiencia mostró que las mujeres eran peor pagadas, que al casarse se las obligaba a dejar sus profesiones y dedicarse al trabajo "gratis" del hogar generando  una nueva jerarquía opresora: el hombre tiene el poder económico en la célula familiar como el capitalista lo tiene en la industria. Este tipo de familia no fue discutido por el marxismo, las rebeliones fueron en la fábrica pero no se discutió el núcleo principal de la conformidad obrera ni el trabajo gratis. Se pacifió el trabajador porque se le dió mejor sueldo y  sirvienta. Este tipo de familia ha estado vigente hasta la actualidad en gran parte del mundo y en Europa y Estados Unidos pervive con las nuevas familias en las que la mujer colabora en la economía, casi siempre en menor grado y sigue encargándose de las labores de cuidar.

Es entonces la sirvienta de la célula de poder capitalista dentro del obrero pacificado la que se va a rebelar en el siglo XX. Eran las herramientas de la filosofía las que estaban aplicando las mujeres.

  Pero el feminismo no es un dogma religioso, y como tal tiene discusiones internas y  como feministas no apoyamos las ideas de toda mujer por el hecho de serlo, esto sería una barbaridad y una falta de conciencia social. Esta falacia es la usada por muchos hombres marxistas para entender el feminismo como el nacionalismo, como una comunidad de intereses  de ricos y pobres que ignora la pobreza o la marginalidad, siendo precisamente sus grandes luchas precisamente estas. Ninguna mujer va a salir con un cartel pidiendo que Ana Botín lidere sus luchas por ser mujer y haber conseguido un puesto en las instituciones del patriarcado siguiendo las líneas de los hombres. Ninguna mujer luchadora se siente representada por  Christine Lagarde pero igual se sienten más cerca de Irene Montero que de Pablo Iglesias. No sé si me explico.

Los marxistas preocupados por la ruptura de la lucha de clases por la irrupción del feminismo debieran primero pensar en la primera ruptura necesaria para ser una clase y es la de la división interna de la sociedad por esos micropoderes que hace que el hombre crea que es más importante que la mujer o un "negro" que un " blanco"

  

lunes, 22 de junio de 2020

De la nave de los locos a la patera.

Cuando estudiaba Historia del Arte vi este cuadro por primera vez; y, como toda la obra del del Bosco, me impresionó y me hizo detenerme a ver todos los jugosos detalles.
   El cuadro es morboso pero el título es pura poesía "La nave de los locos" Un barco cargado de locos que navega sin timón ni rumbo. Gente que representa los pecados o la inocencia, gente excluída.
La nave que va fuera de las normas sociales es un mito
precioso al que entonces no le presté mucha atención. 

Muchos años después cayó en mis manos " La Historia de la locura" de Foucault, en cuyo primero tomo analiza el lugar de la locura en el período tardomedieval y la función social del loco, el portador de una verdad que nadie se atreve a proclamar, porque al estar situado en los límites del mundo puede ver lo que los que están dentro no ven. 
 Los locos medievales no eran encerrados en instituciones sino que circulaban como vagabundos o peregrinos. Foucault habla en su obra de la posibilidad de que el mito de la nave de los locos   tuviese una base real
Documentos de la Antigüedad y el Medioevo mencionan barcos cuya carga era un montón de insensatos. Estas naves no podían atracar en ningún puerto, estaban concenadas a la errancia.
La imagen del loco itinerante de Foucault fue tomada de la obra "La nave de los necios" de Brant, publicada en Basilea en 1494. Ciento once locos se dirigen a Narragonia, la tierra de los tontos, un lugar imaginario.
 Brant no creó el mito de la nave de los locos sino que el mito  hunde sus raíces em una tradición literaria e iconográfica conocida: Un barco cargado de locos, pecadores o necios  Dese el viaje de Jasón y los argonautas hacia Cólquida en busca del Vellocino de oro hasta la figura del necio bíblico que pasa del pecador monstruoso en el Antigüo testamento al necio inocente y bueno en el Nuevo.
Sea como sea, un aventurero griego, un necio monstruoso o un orate ingénuo, el loco va siempre excluído.
   En su obra Brant solo recuerda que quien no se amolde al orden fijo debe ser separado de él. Hay noticias en la Edad Media de embarques colectivos e individuales. 
 Otras naves de locos surcaron la Edad Moderna hacia América, visionarios, soñadores, desesperados, avariciosos y ambiciosos se subieron en embarcaciones que atravesaban el océano para llegar a lo desconocido. Presidiarios y criminales, los excluídos de la buena sociedad inglesa fueron enviados a América en sus barcos chiflados.
  Trenes de desesperados recorrieron Europa durante las dos Guerras Mundiales, barcos de vencidos volvieron a hacer el camino de las Américas desde una España convertida toda en un barco del horror. 

 Hoy, naves de locos desembarcan a todas horas y se lanzan a la itinerancia, se convierten en los otros, gentes aisladas en el lado de afuera de la sociedad, que no pueden participar pero están presentes, vistos por muchos como locos, como necios, como peligrosos, como agresivos y siempre como extraños.
    La misma etimología de la palabras nos lleva a la palabra extranjero, llegada al castellano del francés antiguo estrangier, de estrange o extraño, y este del latín extraneus, de extra, fuera.
El extranjero se convierte en nuestras sociedades en el intruso, el errante, el fracasado en el reparto de los bienes en el Capitalismo,
Los emigrantes son pobres, no tienen ni nombre, ni identidad, y si la tienen no importa en el sitio donde llegan. Y como si la realidad quisiese aproximarse a esa nave de locos, llegan en pequeñas embarcaiones, hacinados, con rumbo a Narragonia o Cólquida, un lugar imaginario, inexistente, pero un destino al fin y al cabo. Salen de la nada, del humo de las guerras, corren porque ven sus vecinos correr, escapan porque sale humo de sus casas, se amontonan en el barco porque detrás llegan los trozos de metralla; expulsados de sus ciudades y de su historia, se enfrentan a la noche oscura del océano porque por muy oscura que sea la noche contiene una estrella de esperanza, se aglomeran en trenes, caminan por desiertos, se esconden en el cajón de un camión de mercancías
Los migrantes y su variante, los refugiados, son las nuevas comunidades proscritas.
  Salvini, Trump. Abascal, Casado y Arrimadas, Johnson, Kouto, Vistisen, Kaczynski, Lepen.... cuentan con millones de votantes en Europa y USA, millones que quieren hundir las naves de los locos, porque ya no basta con su marginalidad, es su misma presencia la que no soportan. 
  Estos partidos que antes eran partidos laterales, fascistas,  ahora se vienen a llamar populistas, y en este término engloban toda una tradición de xenofobia, racismo, homofobia y un aberrante amor por la patria, cuyos habitantes pretende destruir en función de su militancia con sus principios.
Los primeros que deben caer bajo el yugo del nosotros son siempre los otros. Y los de la nave de los locos son los primeros otros en la pirámide. 



   Y sin embargo como nos hace ver de un modo magistral el cine de Roy Andersson solamente los locos tienen las riendas del futuro, solamente dejando desembarcar a los locos de sus naves se provocará la crisis necesaria para cambiarlo todo. No estamos en la Edad Media, la barca de los locos no es ahora un mito poético, cientos de naves, trenes y pasos se aproximan y pretender pararlo con racismo y xenofobia es estar más loco que ellos.

sábado, 20 de junio de 2020

La Infanta Sofía hace su Primera Comunión




     En el año 313, nos cuentan los libros de Historia, comenzó el idilio del Estado con la Iglesia.
Tuvieron sus más y sus menos a lo largo de los siglos pero la Iglesia ha sido siempre una amante condescendiente y ha sabido  estar en su sitio, para no ser abandonada. 
Ha sabido siempre de donde fluye el maná.
  De una posición marginal logró encaramarse en el centro del poder económico, político y cultural durante la Edad Media y cuando la monarquía se fortaleció en los tiempos modernos le colocó amorosamente la corona en ceremonias con mucho oropel y mucha música mística.
  Supo capear una revolución que pretendió quitarle sus privilegios y acabó coronando al mismo demonio en Notre Dame, dejando claro que ella era una amante poco escrupulosa.

Lo suyo es el palio, del cetro y el trono, el resto son cuestiones menores.
  En Noruega, un país donde la monarquía ha sido un poco más espartana que en otros países europeos y ha sabido mantenerse debido a su cercanía (se podía encontrar al príncipe en un pub o en un restaurante o a la familia complena en un paseo por las montañas como cualquier hijo de su madre y los hijos de los reyes acudieron a escuelas públicas) y donde el rey da discursos sobre la inclusión religiosa, sexual y racial, donde las mujeres pueden ser sacerdotes, los sacerdotes pueden ser homosexuales, divorciarse y casarse;  la religión luterana ha sido la religión oficial del estado hasta el año 2016.  Después el artículo cambió a " Nuestros valores continúan siendo nuestra herencia cristiana y humanista. La Constitución debe asegurar la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos"; sin embargo el  artículo 4  y 5 permanecieron debido al veto del rey ante el Parlamento. Harald no quiso despegarse de los ritos religiosos.  " El Rey profesará siempre la religión Evangélico-Luterana, a la que sostendrá y defenderá"  "La persona del Rey es sagrada y no puede ser censurado ni acusado" 
  Qué pasa con ese amor que ni en los países más democráticos se ha podido romper...

 En España después de 50 años de democracia la iglesia sigue viviendo en un paraíso fiscal, recibiendo sueldos del estado y en continua lucha por controlar el ámbito educativo.  
 El artículo 16 establece el estado confesional ".Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones" pero no se dice nada de la religión que ha de profesar la monarquía. 
 Y sin embargo la monarquía lo tiene muy claro, ya sea en Gran Bretaña, en Holanda, Bélgica, Suecia,  Dinamarca, España o Noruega: Bodas, bautizos, eucaristías, sepelios, comuniones, confirmaciones, visitas a santurarios y besos a santos  forman parte de una escenografía que les asegura su halo mágico. 
  Que la reina de España no tiene más creencia que sus modistos y su cirujano estético  es algo público y notorio, que tiene alergia al incienso también; pero no duda en besar a Santiago Matamoros, en humillarse ante los anillos divinos y en llevar a su hija, discretamente vestida, para que no crean que son ostentosos,  a tomar por primera vez el cuerpo de Cristo.

La idea del origen divino de la monarquía procedente del agustinismo no desapareció durante el Humanismo ni siquiera con la revoluciones burguesas:  los reyes siguieron siendo cristianos y siguieron su Mandato del Cielo porque dentro de la conciencia colectiva, este vínculo los eleva sobre el vulgo, les hace celestiales y les dota del misterio que necesitaron los reyes desde los faraones egipcios para mantenerse en el poder. 

Este cuidado en las formas  justifica su existencia anacrónica.

Un obispo y un buen modisto y ya pertenecen al orden celestial Elisabeth, Máxima, Sonja, Leticia, Margrethe, Silvia, Matilde... porque si le quitamos la iglesia, son solo  primeras damas (no es momento de hablar de esta función ignominiosa)  y sus esposos tienen que pasar por las urnas. Bueno en el caso de la señora inglesa y danesa,  ellas misma y ya están un poco mayores para resistir una campaña electoral. 

miércoles, 17 de junio de 2020

Trae tu salvia, tambor, tintineo y máscara



Coge una foto de tu hija y un alfiler y prueba a pincharle los ojos. No eres capaz de hacerlo. Sabes que es solo una cartulina coloreada, conoces como funciona la fotografía, pero no lo haces. Hay dentro de nosotras un terror ancestral relacionado con el poder de la imagen. La magia anterior a las religiones monoteístas y a la ciencia, aun viva dentro de las creencias de algunos pueblos, no ha desaparecido de nuestro subconsciente. La magia homeopatía o imitativa dice que lo semejante produce lo semejante, al dañar una imagen destruimos al representado
   Tu miedo a apuñalar el corazón de una foto de tu hijo, procede del mismo lugar en el subconsciente  de un amante despechado que quema la foto de la amada.
  Pero  ¿por qué las personas destruyen las imágenes? ¿qué motiva estos actos indivi­duales y colectivos de violencia contra algo que no es más que una mera representación material? ¿cómo podemos pensar la iconoclasia en el mundo contemporáneo?
   Pretender defender una escultura en nombre de la historia o de la razón es desconocer la razón misma de su existencia y su validez como forma de mediación social.
 ¿Qué hay detrás de esas fotos sonrientes de candidatos a presidentes, detrás de la imagen ridiculizada de Mahoma en Charlie Hebdo, de las mujeres medio desnudas en todos los escaparates  si no es idolatría y fetichismo? Somos iconódulos y nos agarramos a la historia cuando alguien destruye un icono, defendiendo su inocencia. No entendemos que se ataque un trozo de metal pero no somos capaces de vaciar el armario de la madre muerta.

 Cuando hablamos de la inocencia de algunas imágenes y la culpa de otras alegamos el tiempo. No vamos a romper un busto de Calígula, pero no podemos admitir uno de Mussolini. Ese es nuestro argumento. Admitimos así el poder de las imágenes, Calígula no nos afecta, está lejano en el tiempo, no forma parte de nuestras heridas históricas pero Franco sí. Su escultura es para nosotros la exaltación de sus crueldades.   Damos tal poder a las imágenes que ni siquiera vemos su poder. Cuando una escultura se derrumba bajo la furia de las poblaciones indígenas sentimos que cae la historia, pero nuestra historia es una y la de ellos es otra.

  Hace unos días en el Capitolio estatal de Minnesota, un grupo de personas que asistía a una manifestación antirracista, arrojó una soga alrededor de una estatua de Colón y la tiró al suelo. Mike Forcia, representante del grupo AIM, grupo de defensa de los indios americanos, declaró a un canal de televisión nacional que " el tiempo de ser complaciente ha terminado"
  La Sociedad Indígena de Richmond dijo en un tuit antes de la manifestación que “nos estamos reuniendo en Byrd Park para protestar contra otro monumento racista. Cristóbal Colón fue un asesino de pueblos indígenas, incorporando la cultura genocida contra los pueblos indígenas que todavía vemos hoy. ¡Trae tu salvia, tambor, tintineo y máscara!”
  Lo que yo opine del ataque a esculturas públicas no viene a cuento. No me gustó ver la caída de Lenin y no me gusta ver la de Colón, pero ni yo era rusa ni sentía la furia que los invadió en ese momento aunque tomé partido por las estatuas en este caso, ni soy india americana, ni soy negra para ponerme en su pellejo, aunque tome partido por las personas en el otro caso.
  Pero que nadie se rasgue las vestiduras como si la furia iconoclasta fuese la primera vez que recorre la historia.
  De hecho es una demostración de oposición muy frecuente en periodos de cambios históricos y sus raíces se hunden en la noche de los tiempos cuando los seres humanos creían en el poder simpático o contagioso de la magia.
  Un breve recorrido a lo largo de la iconoclasia en la historia de la humanidad nos lleva a Egipto, donde muchas esculturas conservadas aparecen con la nariz rota, según un patrón de destrucción deliberada, lo que evidencia ataques que pudieron ser por causas religiosas, políticas o simplemente como resultado de vandalismo. Akenaton el faraón, esposo de Nefertiti, para minimizar la influencia del clero de Tebas hizo martillear imágenes de antiguos dioses y destruir especialmente las de Amón Ra; la Biblia nos habla de castigo después de la  adoración de un becerro de oro;. la victoria sobre Atenas por los persas de Jerjes supuso la destrucción de la Acrópolis, con sus templos y sus obras de arte, de hecho gran parte de las obras recuperadas vienen de los llamados perserschutt o escombros persas; después sería Alejandro Magno quien arrasaría Persépolis con todas sus obras de arte; Roma destruyó Cártago y lo que no destruyó se lo llevó a la metrópoli y la misma suerte corrió Corinto; luego le tocó a Roma ser saqueada por los soldados de Alarico.
    La historia de Bizancio conoció tres períodos iconoclatas y más de un siglo de guerra se llevó consigo mosaicos y pinturas religiosas y un gran número de obras paganas .Ninguna cultura se libró de las destrucciones y saqueos, en España las ruinas de Medina Azahara reflejan el furor destructivo del ejercito bereber y a mediados del siglo XIII se produciría uno de los más famosos saqueos de la Historia, el de Bagdad por Hulagu Khan, niento de Gengis Khan; Constantinopla será asediada y sus obras de arte serán destruidas u objeto de rapiña por parte de los Cruzados.  En Florencia a finales del siglo XV se produjo la famosa Hoguera de las Vanidades, seguidores del monje Savoranola quemaron miles de obras de arte un martes de carnaval. Se trataba de eliminar objetos pecaminosos que incitaban la vanidad: vestidos, libros inmorales, instrumentos musicales, pinturas mitológicas  Roma sufrió un nuevo saqueo histórico de tres días tras la victoria de las tropas imperiales del Emperador Carlos V. Iglesias y monasterios y palacios fueron vaciadas y destrozadas.  Durante el siglo XVI se produjo la furia inoclasta o la tormenta de las imágenes en Amberes donde fueron destruidas imágenes religiosas como parte del apoyo a la reforma protestante. La furia contra las imágenes se propagó por Zurich, Copenhague, Munich y Ausburgo y también hubo ataques espontáneos en Inglaterra y Escocia a lo largo de la primera mitad del siglo XV Un siglo después los ejércitos suecos saquearían el patrimonio cultural polaco durante la Guerra del Norte.
La Revolución Francesa presenció la destrucción de la abadia de Clunny y muchas ciudades europeas fueron saqueadas durante las guerras napoleónicas y el siglo xx conocerá las destrucciones dela revolucion rusa, los expolios nazis y de los nacionales en la guerra civil española junto a la quema de iglesias
  Hemos sido testigos en las postrimerías del siglo XX de la caida de las estatuas de Lennin y Stalin, de la explosion de un coche bomba en la galeria Uffizzi, del saqueo del Museo Nacional de Irak, las redes sociales se han hecho eco de la destrucción de los Budas de Bamiyán, de los videos del ISIS destruyendo obras de arte, una sufragista mutiló la Venus del Espejo de Velázquez y un hombre segó las cuerdas que colgaban los muñecos de Cattelan en Milán.

  La arqueología y la historia han desenterrado legados perdidos o robados.  Manos, cabezas y torsos emergen de entre las ruinas, salvados finalmente del poder destructor del tiempo, de los cambios de ideas, de las guerras o de la dejadez. Los gobiernos luchan por recuperar sus imágenes porque son su historia.


  Ahora  es tiempo de coger la salvia, el tambor, el tintineo y la máscara para abatir a Colón.
Es la lucha de clases, amigos.

martes, 16 de junio de 2020

El terror del año 2033



Henri Focillon, historiador de arte francés, especialista en la Edad Media, publicaba en 1942 un libro maravilloso titulado   "El año mil"  donde analizaba la historia medieval europea en torno a una fecha concreta. 

 La llegada del mítico  año 1000.


La Edad Media había sido segmentada para su estudio en dos grandes periodos: Alta Edad Media desde el siglo V al X  con sus tres grandes imperios coetáneos, bizantino, islámico y carolingio y la Baja Edad Media, dividida en Plena , del siglo XI al XIII, siglos que son testigos de la expansión del sistema feudal, nuevas instituciones de poder y surgimiento de la burguesía y la Crisis de la Edad Media que ocupa los diglos XIV y XV .


Desde esta segmentación de la Edad Media el año 1000 supone la separación entre la Alta Edad Media y la Plena Edad Media.

Focillón trata este año como un momento histórico en Europa, en la que aún perviven, aunque débilmente, estructuras del mundo antigüo, que se van diluyendo entre las nuevas formas económicas y sociales. 
   Esta pervivencia nos muestra dos Europas, la Europa mediterránea y occidental, parte de la Europa cristiana Occidental y parte del Este e Imperio Bizatino, herederas del mundo romano, y la Europa bárbara nórdica y eslava;  y  el mundo Islámico, por otro lado.
 Los terrores del año 1000  no afectaron a la Europa bárbara,  ni al mundo islámico;  sin embargo marcaron el final de la Alta Edad Media en la Europa romana. 

Estos terrores tenían una fuerte raigambre religiosa y fueron bien abonados por la iglesia y la nobleza, que comenzaban a tomar las riendas en la nueva sociedad feudal, en la vida mísera de las masas.

El Primer Terror viene de la idea de que algo terrible sucederá en el milenario del nacimiento de Cristo. Idea alimentada por lecturas bíblicas en las iglesias, por párrocos histriónicos, seguro asustados de sí mismos:

El pasaje del Apocalipsis de San Juan, en el que se habla de la liberación de Satán de su prisión después de un período de mil años; el pasaje del cronista borgoñón Raúl Glaber, en el que se dice que "parecía como si la humanidad, queriendo sacudirse sus sucios harapos, fuera a cubrirse con el blanco manto de las Iglesias"

Entre este pánico al apocalipsis florecían relatos y leyendas que solo aterraban aún más a las pobres gentes. 

  En 1009 llegaron peregrinos procedentes de Tierra Santa diciendo que el Santo Sepulcro había sido destruído, signo evidente del fin del mundo; un monje llamado Juan, colaborador del obispo Abbon de la ciudad francesa de Fleury, lanzó la teoría de que la encarnación de Cristo llegaría, y si ese día de la encarnación coincidía con Viernes Santo, día en que murió, podrían ocurrir cosas horribles, ya que Cristo no se encarnaría, sino que moriría en el acto.

El segundo Terror llegó cuando la gente aún no se había repuesto del primero: se extendió la idea de que el fin de los tiempos sería en el 1033, año de la muerte de Cristo. 
 Los cuentos del día de la ira exacerbaron aún más el terror.

No era extraño escuchar a individuos que juraban haber visto un dragón celestial sobrevolando la región de Borgoña , criaturas endemoniadas y sangre emanando de los ojos y heridas de santos; haber sido testigos de sacudidas diabólicas durante los terremotos descritos por San Medardo de Soissons y Sigeberto de Gembloux y de la aparición de un cometa; para culminar la bitácora del terror el eremita Bernardo de Turingia, proclamó el fin del mundo en el año 970

La iglesia no dudó en tallar en la memoria colectiva el espanto. 
Las representaciones románicas de monstruos y horrores apocalípticos eran el libro donde estudiaba una población famélica y analfabeta : El arte románico fue el hijo de los terrores del año 1000

    Pero el año 1000 pasò y el año 1033 pasó y el mundo siguió su curso, se vivió una guerra de cien años, se consolidó el feudalismo, en España ganaron los cristianos a los moros y al final Colón se encontró con el Nuevo Continente, el oro y la plata americanos llenaron las arcas del primer capitalismo y Gutemberg descubrió la imprenta que permitió que cientos y miles de copias de libros llegasen a todos los lugares; se acabó la Edad Media y se inició la Moderna y los estados dibujaron sus fronteras, y los reyes se pelearon con los nobles. Los textos humanistas pudieron leerse, en toda la Europa romana, Galileo pudo decir epur si muove a su perro, Copérnico pudo asustar a los curas,  y los ilustrados pusieron  a la razón en un trono; un monje en celo dividió a los ejércitos de Dios y luego un filósofo mató al mismo Dios mientras otro analizaba la Historia desde lo material, se declararon los derechos humanos y se llenaron bibliotecas de libros de poetas, novelistas, dramaturgos, filósofos, matemáticos, antropólogos, geólogos, astrónomos...

Y toda esta sabiduria  y todo este camino andado para llegar al terror del año 2000 que al final no fue, aunque curas, modistos y augures junto a algún científico desnortado nos recordasen la importancia de las fechas en la agenda del diablo.

Pero todavía no ha llegado el año 2033. Y  dado que no vamos a hacer nada y seguiremos yendo a las grandes superficies comerciales a comprar bagatelas, y seguiremos pensando que mientras a nosotros nos llegue el sueldo el vecino que se las arregle como pueda; va a tocar anotar esta fecha en nuestra agenda de los terrores, porque el planeta está lo suficientemente enfermo como para ya no soportarnos, 

lunes, 15 de junio de 2020

Escraches, venganza y acoso



En el año 2013 un grupo de activistas antideshaucios se reunió ante la entrada del domicilio familiar de la vicepresidenta del gobierno Soraya Saez de Santamaría. La concentración formaba parte de la campaña de presión hacia los diputados para convencerles de que votasen a favor de la Iniciativa Legislativa Popular que pedía dación en pago retroactiva, alquiler social y paralización de los deshaucios. Los activistas gritaban "Sí se puede" " Dación en pago, alquiler social" "nos están quitando un derecho constitucional" Luego guardaron un minuto de silencio por los que murieron a causa de la desesperación provocada por perder su vivienda. Algunos afectados cogieron el micrófono y contaron su caso.
 
El objeto de la protesta a la puerta de la casa de un miembro del gobierno era " hacer que el gobierno se acuerde todos los dias de los que han perdido su casa"
La elección de la vicepresidenta no fue por ser mujer, o por ser bajita, o por ser rica, o por ser de derechas, o por ser parte de un gobierno corrupto. Los activistas eligieron su residencia por un motivo concreto en relación con su protesta: la vicepresidenta fue quien comunicó públicamente su oposición a la Iniciativa Popular que se tramitaba en el congreso.
El hombre que leyó el comunicado, Luis Juárez, explicó a los periodistas que tenía cuatro enfermedades neurológicas y se encontraba a la espera de un deshaucio. Federico, un hombre de 78 años, dijo algo que define muy bien lo que es un escrache "Yo no tengo ningún problema personal pero hay que protestar por humanidad. Están deshauciando a la gente más débil. No son suicidios, son asesinatos"
Los activistas compartieron un video dirigido a los votantes del PP en el que aclaraban que quienes usan esa forma de protesta no son el enemigo sino "los desahuciados, los desposeídos, las víctimas... qe nos hemos tenido que organizar desde abajo para hacer frente a esta injusticia". La vicepresidenta respondia llamando al a cordura y el respeto a las familias y con amenazas solapadas y argumentos que indicaban que iba a empezar a redactarse la Ley Mordaza.

    El marido de Soraya presentó una denuncia contra los manifestantes que concluyó con una resolución judicial en la que se sentenciaba que la reunión no constituyó delito alguno sino que fue un acto de libertad de expresión y derecho de manifestacion  Según el magistrado, en el caso de personas con relevancia pública dedicadas a la gestión política, el derecho a la intimiedad cede antes los derechos colectivos de expresión y manifestación, ya que de acuerdo a la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos "los imites de la crítica admisible son más amplios respecto a un político en ejercicio"

Comenzamos entonces a escuchar en España la palabra "escrache"

Pero ¿qué es un escrache y donde se encuentra la línea que separa el escrache del acoso personal?

Según la RAE escrache es una "Manifestación popular de protesta contra una persona, generalmente del ámbito de la política o la Administración, que se realiza frente a su domicilio o en algún lugar pùblico al que deba concurrir" El verbo escrachar también aparece en el Diccionario de americanismos con varios significados, entre ellos los de ‘dejar en evidencia a alguien’ y ‘golpear duramente a alguien’.
El término se popularizó en los años noventa en Argentina para referirse a las manifestaciones organizadas frente a los domicilios de procesados por delitos cometidos durante la dictadura que luego habían sido puestos en libertad.
El primer escrache fue el caso Magnacco, A mediados de los 90 una superviviente de la Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los centros de detención de la dictadura argentina, descubrió que en el sanatorio Mitre de Buenos Aires trabajaba el obstetra Jorge Luis Magnacco, el mismo que se encargaba de los partos de las mujeres detenidas en la ESMA. Se organizaron marchas de su casa a su trabajo. Se pegaron carteles con su cara en los que constaban sus crímenes en los alrededores del hospital y en su barrio. El efecto del escrache fue inmediato: Magnacco fue despedido y su comunidad de vecinos le pidió que se marchase.

Desde aquella primera acción fueron muchos los personajes relacionados con la dictadura que vieron expuestos públicamente sus delitos. "Si no hay justicia, hagamos que el país sea su cárcel" fue el lema seguido para atacar la inmunidad de los cargos políticos durante la dictadura.

Pero el escrache traspasó los límites de la memoria histórica y se convirtió en una forma de expresar descontento y reprobación a políticos e incluso gerentes de un banco quebrados o administradores que habían atentado contra los derechos sociales.

El escrache tiene mil formas desde la reunión, las pegadas de carteles o los performances . Incluso algunas de alto nivel artístico. De hecho, el grupo Etcétera, que se hizo conocido por sus performances en los escraches de H.I.J.O.S, ganó en Bolonia el II Premio Internacional de Arte Participativo y ha organizado conferencias sobre la relación del arte con la acción ciudadana en universidades estadounidenses y, más recientemente, en la Tate Modern, en Londres.

Aunque el espíritu del escrache es organizado,  en algunas ocasiones ha surgido espontáneamente. Uno de los miembros del gobierno de Cristina Kirchner fue increpado por decenas de pasajeros en un viaje privado en barco de Montevideo a Buenos Aires.

Esto encendió nuevamente la polémica sobre si el escrache es un legítimo ejercicio de la libertad de expresión o una acción de violencia pasiva sobre las personas y su intimidad. 
   Un dilema para el que hay argumentos de todo tipo . Lo que sí parece generar cierto consenso es que la sociedad puede tomar un papel activo ante las injusticias y llamar la atención sobre determinados problemas o para exigir soluciones a las instituciones. 
 
Pero qué pasa cuando la extrema derecha o el fascismo se manifiestan, usan las caceroladas, los métodos de protesta de la  izquierda e  incluso su vocabulario para acabar con cualquier acción social de la izquierda. ¿Le están dando a la izquierda de su medicina como ellos creen?
La respuesta es no, un claro y contundente no. 

En el año 2017, una veintena de fascistas del grupo España 2000 (entonces una organización marginal y casi ridícula, quién nos iba a decir...)  con las caras tapadas con máscaras del asesino de la película Scream se concentraron ante la casa de Mónica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, acusándola de apoyar a "els Països Catalans" . Los manifestantes se asomaron a las ventanas asustando a los hijos de la vicepresidenta  y grabaron el interior de la vivienda mientras le gritaban insultos y le recordaban que sabía donde vivia.
   Ximo Puig, el presidente de la Generalitat, instó a la Abogacía a denunciar este hecho junto a lo sucedido el 9 de octubre, día de la Generalidad Valennciana, donde otro grupo de fascistas agredieron a participantes en una marcha a favor de la lengua valenciana.
El Partido Popular aprovechó la situación para recordar los escraches a Saez de Santamaría y ,en boca de Moragues,  soltar una frase muy peligrosa "Los escraches son reprobables, vengan de donde vengan"
  Entramos en tema, en el gusto de la derecha de sacar los conceptos de su contexto para vaciarlos de su contenido reivindicativo.

Y hay muchos que piensan " es lo que le hicieron a Saez de Santamaría"  o "Oltra tomó  su propia medicina"


Los que piensan así están hablando de venganza y no de política, ni de reivindicación de derechos.  A los que van con la medicina para darla a probar sin nada que reivindicar ni que pedir que no sea la fulminación del adversario político no les interesesan los derechos humanos ni luchan ni han luchado jamás por ellos; los que hablan así quieren las libertades por los suelos, quieren que tu voz no exista. Esa es la gran diferencia. El contexto cuenta.


Cuando se hace una manifestación, una protesta, un escrache por una vivienda digna se está reivindicando un derecho constitucional, cuando se demandan salarios dignos, educación o sanidad se está luchando por derechos. Los derechos no conseguidos se deben reivindicar y existen varias vías para hacerlo. Una de ellas es el escrache, ir a las mediaciones de la casa del político que se niega a conceder el cerecho para influir en su decisión y para dar publicidad al hecho de que esa persona está obstaculizando la consecución de derechos.


Lo que estamos viendo estos días ante la casa de la familia Montero Iglesias es acoso y violencia estimulados por el odio ideológico. Sus organizadores se están creciendo porque nadie quiere enfrentarse verbalmente a un imbécil por la teoría de que el imbécil te va a tumbar siempre. Fascistas con altavoces y megáfonos, desde los que suena el "cara al sol" y todo tipo de insultos al vicepresidente y la ministra " rata comunista" " ministra de mierda" Ante Saez de Santamaría escuchamos "vivienda digna" "parad desahucios". Hay que estar muy ciego para no ver la diferencia.

Pero ciegos no nos faltan en este país. Cifuentes la de las cremas, los titulos y las lágrimas, vuelve al ruedo ibérico para recordar a Iglesias que ella sufrió escraches y  el periodista Herrera, siguiendo su costumbre de acudir al olor de la carroña,  le recuerda a Iglesias que él trajo el "virus" del escrache y que  ahora blinda su casa con guardias civiles. Herrera ha olvidado los palos que recibieron los de la PAH y lo tranquila que está la Guardia Civil, pero bueno a quien no quiere ver no hay que comprarle gafas de aumento.



   El conservadurismo más rancio ha descubierto un modo de destruir cualquier reivindiccación desde el pueblo dándole la vuelta a la tortilla, hoy escrachas tú, mañana escracho yo. Lo que es válido para mí lo es para ti. Con ese discurso básico y sórdido pretenden desvincular las vías de lucha  de sus causas y objetivos, dejando el método desnudo de contenido.
Sabemos que el grupo que amenazó a Oltra o los que acuden cada día a la casa de Pablo Iglesias no reivindican nada, no tienen conciencia social, ni cultura política y que sus aficiones van por la destrucción de la democracia, sabemos que son manifestaciones de odio a la izquierda y especialmente al comunismo. Sabemos bien que lo que se está haciendo en las últimas semanas ante la casa de Pablo Iglesias no es un escrache, sino un acoso personal y tendencioso, una manifestación de odio ancestral hacia los comunistas, son los andrajos de una historia turbia, de la victoria del fascismo y su enraizamiento durante una larga noche de los tiempos. Lo que vemos son los restos del naufragio de España tras la guerra civil.

  Están dejando a la izquierda sin sus palabras y sin sus vías de lucha, tomándolas y llevándolas a un contexto opuesto a su origen. El mensaje es que en ese juego solo contamos con la inteligencia y la prudencia. Es eso o nos tiramos todos al fango a darnos mordiscos y puñaladas. Pero ¿ no es ese el objetivo de los escraches fascistas, dejarnos desarmados y sin capacidad de respuesta para  meter el país en un lodazal? ¿Dar vía libre al fascismo es la solución para acabar con el fascismo? Coge un libro de historia .... Ahí está la respuesta.
  
   

miércoles, 10 de junio de 2020

España

Amo la tierra en que nací, 
claro que la amo, 
sus cielos poderosos
sus horizontes de fuego,
las espigas del verano,
los aullidos de los muertos
bajo la escarcha del invierno.
La amo, a pesar de todo, 
a pesar de saber 
que entrego mi alma
a un trozo de tierra seca,
a una semilla de espino,
a un recuerdo. 
Y que esta misma tierra
ha devorado a sus hijos
sin piedad.

martes, 9 de junio de 2020

El fracaso, la culpa y la sociedad Mont-Pèlerin.



A todos nos educaron para triunfar. Nos preguntaban lo que íbamos a ser de mayores, y fuese lo que fuese, no queríamos ser pobres. Casi siempre elegíamos una profesión liberal, medicina, educación o alguna que nos diera el aura de héroes sociales como bombero o policía.
Ibamos a ser algo o alguien en la vida. Esto se traducía en tener casa con jardín, coche y unas monedas de sobra en el bolsillo para vestidos bonitos y reportajes fotográficos en París o Marrakesh.
Fuimos desde niñas un proyecto de triunfo, pero un proyecto individual de triunfo porque no nos hablaron del escenario.







   Así que cuando nos encontramos frente al desolado decorado nos despellejamos los codos estudiando carreras en universidades especializadas en dictar apuntes, estudiando oposiciones para dar sentido a lo que hicimos en la universidad, tratando de llegar a ser, de subir unos peldaños respecto a la clase social de los padres.

Pero esto era el juego de las sillas. No había para todos. Vuelta trás vuelta, año tras año, alguien se s sentaba en la tuya y a ti te tocaba jugar otra vez.
  La sensación de culpa, por no ser disciplinada, por no estudiar nueve horas diarías, por angustiarte, por sentir ansias de volar y la sensación de fracaso por no haber conseguido tu silla en esa frenética maniobra de desplazar al más débil eran los dos corolarios de tus intentos de triunfar. A toda costa, sobre los demás, contra los demás y muchas veces contra ti misma.
 Y tanto la culpa como el fracaso eran cosa tuya y solo tuya. Algo individual y asumible solo por el sujeto. Incluso la terapia era individual, tus frustraciones y tropiezos eran tuyos y solo tuyos, y tú y solo tú, tal vez con ayuda de amigos y familia, debías asumirlos y enfrentarlos.
  Los descalabros carecían de causas fuera de ti misma. Si alguna vez dijimos que el maestro nos tenía manía, escuchamos que era una excusa para no trabajar, una expresión usada por vagos; si dijimos que sentíamos estrés ante las pruebas contínuas a las que éramos sometidos desde la infancia, nos recordaban lo dura que es la vida y que había que ser fuertes y darlo todo, si abandonábamos un trabajo porque un jefe tenía las manos largas, era porque no teníamos madera para el trabajo y el aguante.

  Y todo esto se desarrollaba en un escenario que no nos mostraban pero que sentíamos ahí como una fuerza creada para destruirnos
Thatcher, Reagan y Gorbachov habían levantado el telón de todos los monstruos que te iban a visitar en el futuro, pero alguien seguía empeãndo en que tú siguieses pensando que el fracaso era tuyo porque en el juego de la competencia no habías logrado medallas.
Nuestras vidas tenían un objetivo: Consumir y triunfar. No hacerlo era la frustración.
Afuera había premios para los que abrían la cartera para comprar y castigaba a los que tenían solo agujeros en los bolsillo. El mérito y la inutilidad.
Las viejas ideologías que propugnaban sentimientos colectivos y luchas comunes cayeron en descrédito. ¡ Ay cómo disfrutaba un glorioso Felipe González rididulizando a Julio Anguita en el Parlamento: Usted quiere abolir el mercado, crear seres humanos fracasados. Usted es un loser, el padrino de los fracasados"
El escenario solo dejaba asiento para donde los más aptos. Los ricos lo eran por mérito propio, los pobres debía asumir su fracaso, no tenían las capacidades de los ricos para luchar contra las circunstancias que les llevaron a la pobreza. La pobreza no era un problema social, sino una vergüenza individual.
 El neoliberalismo construyó un edificio brillante para unos pocos, pero construyó también la posibilidad de entrar, y así el que no lo hacía era bajo su propia responsabilidad. La soledad, la depresión, la angustia, la incomunicación o la verguenza era del individuo y solo del individuo.
Tu fracaso tenía un relato histórico, no empezaba en esa empresa que te despidió después de años de tragarte el orgullo y ver tu dignidad por los suelos porque tus hijos tenían que comer, ni en las veces que te cerraron las puertas de todos los trabajos mientras cumplías años sin fe en el futuro, ni estaba en el último suspenso de las oposiciones.
El punto de partida de todo ese horror fue anterior a tu nacimiento.
En el mes de agosto del año 1938, en París, durante el Coloquio Lippmann, un tipo llamado Ludwig von Mises y otro llamado Friedrich Hayek, ambos exiliados austriacos y poco amigos de la democracia social, formaron un colectivo con la ambición común de minar el socialismo.
 El Coloquio Lippmann constituye el momento fundador del movimiento de renovación del liberalismo, primera tentativa de creación de una internacional neoliberal y momento en el que se usa por primera vez el término neoliberalismo.
 Lippmann en realidad no era tan perverso, fue un amigo de Keynes, de hecho se dice que fue Lippmann quien introdujo el kenyasismo en el gran publico americano (para los profanos el keynesismo es un pensamiento que propone el intervencionismo estabal para estimular la demanda regular de la economía en tiempos de las crisis periódicas del capitalismo,) Lippmann escribió un libro "La ciudad crítica" en el que acusaba al liberalismo de haber degenerado en un simple laissez-faire y que la hora de la refundación se acercaba.
 Aunque el Coloquio Lippmann se reunió en París para discutir la intervención estatal y la solución a la crisis del liberalismo y las premisas del libro "La buena sociedad" que trataba a lo regímenes autoritarios y el comunismo como enemigos a combatir mediante un orden liberal renovado, ajeno al laissez-faire que ya no sería capaz de darle soluciones al problema social.
 El filósofo liberal Louis Rougier, admirador de Lippmann y organizador del coloquio, expuso que el problema de la izquierda era su sueño con una democracia política y su planismo, sin comprender que el planismo económico implica el Estado totalitario y que el socialismo liberal era una contradicción y la salvación sería un liberalismo refundado.
 El Coloquio concluyó con la declaración de la creación de un Centro internacional de estudios para la renovación del liberalismo cuya sede se instalaría en París.
La Sociedad de Mont-Pélerin apareció como una prolongación de la iniciativa de 1938.
 A inicios de abril de 1947, en plena guerra fría nace esta institución que proclama su independencia con respecto a los partidos y un interés exclusivamente científico y doctrinario Fue fundada por Friedrich Hayek y toma su nombre de una villa famosa, cerca de Montreux, en Suiza, donde se celebró la primera reunión.
Totalmente opuestos a las idesas intervencionistas de Lippmann, Hayek y Mises llevan sus premisas al encuentro deMont-Pèlerin aglutinando un grupo de influyentes personalidades del liberalismo para ejercer influencia ideológica en el ámbito político, económico y social a favor de la defensa de los ideales del más salvaje libre mercado, sin trabas estatales.
La reunión fue financiada por banqueros y patronos de la industria suiza.
Hayek había publicado en 1944 su " Camino de servidumbre" que fue obra clave en esta reunión.
" ... es la sumisión del hombre a las fuerzas impersonales del mercado que, en el pasado, hizo posible el desarrollo de una civilización que sin esto no habría podido hacerlo; es por la sumisión que participamos cotidianamente en la construcción de algo más grande que lo que todos nosotros podemos comprender plenamente"
Muchos de los miembros de este encuentro obtuvieron el Premio Nobel de economía, entre ellos el mismo Hayek y Friedmann, el cerebro del neoliberalismo americano y ferviente seguidor de Hayek.
  La corriente neoliberal convirtió a la Universidad de Chicago, donde Hayek enseñó desde 1950 hasta 1961, en uno de sus bastiones, al punto de que más tarde se hablara de la Escuela de Chicago y de los Chicago Boys de Friedman.
  Para Friedman, el funcionamiento libre del mercado es suficiente para asegurar la distribución óptima de los recursos y el pleno empleo de las capacidades de producción. Esta visión se contradice con la realidad, pero ello no impidió que fuese difundida sistemáticamente y aceptada como una evidencia.
  Friedman estaba claramente embarcado en un proyecto político reaccionario. En 1964 fue consejero económico del candidato republicano a la presidencia, Barry Goldwater. Cumplió la misma función con Richard Nixon en 1968 y con Ronald Reagan en 1980.
 Tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende, Friedman llegó a ser asesor económico de Pinochet, apoyando la represión y aconsejando la toma de medidas antisociales extremas.
 Por su parte Hayek indicaba igualmente su preferencia por los métodos dictatoriales sanguinarios del general Pinochet. "Un dictador puede gobernar de manera liberal, así como es posible que una democracia gobierne sin el menor liberalismo. Mi preferencia personal es una dictadura liberal y no un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente" Si Ronald Reagan se inspiró en Friedman, Margaret Thatcher reivindicaba la influencia de von Hayek. Ambos eran prestigiosos participantes de las reuniones de la Sociedad de Mont-Pèlerin
 Con ellos las ideas del neoliberalismo se hicieron realidad, la destrucción de empleo, de derechos sociales y el capitalismo más salvaje jamás conocido. 

   Thatcher y Reagan formaron una alianza personal y política que revitalizó el movimiento conservador en el mundo entero, potenció la cooperación estratégica entre Estados Unidos y el Reino Unido y, en última instancia, contribuyó de forma determinante a poner fin al comunismo y ratificar el predominio universal del capitalismo. Ambos coincidieron en un tiempo histórico en el que el proyecto de la izquierda languidecía y cada uno aprovechó bien la coyuntura: una la burocratización del laborismo el otro el caso Watergate. LLegaron ambos con su agenda agenda reformista: bajos impuestos, reducciones del gasto social, todo el poder al mercado, máxima libertad para la iniciativa privada y constantes restricciones a la actividad del sector público.

El estado era, para ambos, el problema, no la solución.

Solo les quedaba dar el tiro de gracia a la izquierda con su alianza con Gorbachov, un personaje todavía oscuro que fue alabado por el neoliberalismo como el gran hacedor de la democracia en la Unión Soviética

 Ambos odiaban por igual el comunismo y ambos pusieron todo sobre la mesa para destruirlo. 
El trío Gorbachov, Thatcher y Reagan enterraron durante muchos años a la izquierda y construyeron este mundo en el que hoy vivimos.
Tus fracasos, tus culpas y tus frustraciones iban en el paquete de medidas de los herederos de Mont Pererin

lunes, 8 de junio de 2020

Razas y racismo



Un policía blanco pone su rodilla sobre el cuello de un hombre negro y aprieta hasta asfixiarlo. Los negros gritan, indignados, en contra de la discriminación racial.
Algunos blancos se les unen, agunos latinos también y algunos asiáticos. 
  Lo vemos así, como en una película. Los seres humanos diferenciados por su asepcto fisico y especialmente por el color de su piel .

En la gran tierra de la libertad existen castas y existe el cine. 
Las castas son estables y coindicen con las divisiones que las razas establecieron  en el siglo XVIII.  Los WASPs están en la cúspide, tienen el poder económico y el político y tienen Hollywood que nos cuenta que un hombre negro del Bronx puede llegar a ser millonario.

Black Lives Matter es el lema de los luchadores contra el racismo. Si ha sido la comunidad "negra" quién ha decidido usar ese cartel, el cartel es válido. Porque las víctimas tienen derecho de apropiarse de las palabras que las han denigrado para dignificarlas y portarlas con orgullo, como un arma.

Las palabras tienen un poder inmenso incluso las más inocentes. Decimos un policía blanco, un hombre negro, unos latinos, unos asiáticos. Estamos estableciendo dos grupos, uno diferenciado por el color de la piel y otro por el origen. 
Mezclamos raza y  procedencia en la descripción de los otros. Los periódicos políticamente correctos y los diarios de noticias en todo el mundo hablan de un hombre "afroamericano" marcando su descendencia como un elemento primordial en su existencia, mientras al policía es solo americano. 
 El policía mató a un hombre, pero no a un hombre cualquiera, lo mató por el color de su piel. Lo mató porque era negro.  Aquí es donde Black livet mattes. 
  
La raza no se puede negar como concepto discriminatorio ni se puede borrar de la historia. 
 Existen los negros americanos y existen los blancos americanos porque son historia y cada uno lleva la suya. 

 La raza es una construcción política y social que sostiene un ideario relaconado con la segregación bajo la superioridad del hombre blanco;  y a pesar de los avancees de la ciencia  el concepto de raza ha conservado su funcionalidad: diferenciar, segregar, tergiversar al "otro" y así racializar las relaciones sociales y económicas. 

 Ni  siquiera en la etimología de la palabra raza encontramos un acuerdo sobre su significado
 Algunos abogan por una derivación de la palabra latina ratio - tipo o variedad- y otros apoyan una derivación del árabe ras -cabeza-  Otros establecen que en realidad el vocablo surgió en Italia y España en el siglo XIV para hablar de crianza de animales, referida a estirpe o linaje. 


La raza es una creencia no una evidencia científica. 

Esta creencia ha variado su contenido a lo largo de la historia, desde considerar que unos hombres por el color de su piel o la forma de su nariz o boca podía ser inferiores intelectualmente y más cercanos a los simios;  a admitir que no hay otra diferencia entre las razas que el aspecto físico y que las diferencias y aptitudes psicologicas o de comportamiento por lo tanto todas las razas deben convivir en paz .
Ambas teorias parten de una premisa falsa. La existencia de razas humanas. El racismo no se extermina con discursos superficiales sobre hermandad entre todos los colores. El racismo se ataca desde la raiz, desde la disepción de la palabra "raza" y el conocimiento de su historia.

El concepto no ha sido siempre el mismo, como sucede con toda construcción social. 

No he leído mucho y lo dejo en tema pendiente, sobre si pudo existir un "racismo" en la Antigüedad, entre los egipcios y los esclavos, pero si lo existió no fue basado en el color de la piel sino en las relaciones guerreras.  El concepto "romanización" implicaba un proceso de asimilación cultural  por el cual numerosas regiones bajo el poder político de Roma adoptaron sus instituciones, costumbres, organización social y su lengua, cualquiera podía ser romanizado, el color de la piel no se menciona como inconveniente.
  
  En cuanto a la Edad Media algunos autores defienden un proto-racismo en la limpieza de sangre española y la raza de la nobleza francesa. 
    
    Los progroms de 1391 contra la población judía conllevó a conversiones en masa por parte de la comunidad serfadí , conversiones que fueron mucho más masivas trás el Edicto de Expulsión de los Reyes Católicos en 1492. 
  Se puede hablar de racismo en la violencia de los cristianos contra los judios, o simplemente de una manipulación de las masas a la búsqueda de un chivo expiatorio para sus males debido a la crisis del siglo XIV , las guerras civiles castellanas y la peste devastadora peste de 1348 . Algunos actuaron movidos por la idea de castigo divino por permitir la existencia de jugios entre ellos, se les acusó de envenenar pozos para propagar la peste y acabar con la cristiandad, pero no había en la animadversión una idea de raza como la que tenemos hoy. 
La existencia del "converso" dió al cristiano viejo superioridad por la sangre. De hecho  con el fi n de impedir a los judeoconversos el acceso a instituciones del poder y de la cultura se decretaron los “Estatutos de Limpieza de Sangre” en 1449 que  prohibían el acceso a colegios mayores, órdenes militares, monasterios, cabildos catedralicios y a la propia Inquisición, a aquellos cristianos a los que se les pudiese comprobar sangre “judía, mora o hereje” en sus antepasados , es decir el linaje y la exitencia de no judios o musulanes en el árbol genealógico iban a ser dedicisivos para abrir puertas en la sociedad. 
  La sociedad “cristiana vieja”  tenía miedo de una  asimilación judeoconversa y la existencia de ese miedo era porque tal situación se estaba produciendo. A  través de la limpieza de sangre el antijudaísmo clásico fue objeto de una metamorfosis: de un “antijudaísmo religioso” se transformó en un antijudaísmo religioso-racial  El concepto de “limpieza” desplaza parcialmente la religión como criterio de diferenciación y, por primera vez en la historia europea, engloba dos criterios fundamentales con el fin de marginar: “raza” e “impureza” 

En el debate llevado a cabo en el Cabildo Catedralicio de Toledo en 1547, en relación con la implementación de los “Estatutos de la Limpieza de Sangre”, el arzobispo Juan Martínez de Silíceo utilizó por primera vez el término “raza” en el contexto de la limpieza de sangre. 
  "Raza en los linages se toman en mala parte, como tener alguna raza de Moro, o Judio”  La idea de que la “sangre judía” de los “cristianos nuevos” conservaba su carácter deshonesto, corrupto y degenerado fue el modo de protegerse de los cristianos viejos.  A través de un discurso teológico también se pudo fabricar un determinismo biológico en detrimento de personas que se calificaban como “impuras” y, en consecuencia, como “inferiores” por tener antepasados judíos o musulmanes. 

    En la  Francia de los siglos XVI y XVII aparece otra variante de raza no como sinónimo de una ascendencia maculada, sino como defensa del orden estamental.  
  A partir de la primera mitad del siglo XVI y en razón de la movilidad social,  amenazante para la nobleza, se enfatizó con más ahínco que “race” era la premisa inamovible para pertenecer a la nobleza.   Race significaba linaje y, a través de éste, se heredaba la superioridad del noble ante el Tercer Estado. 

 Este discurso de autolegitimación hacía hincapié en que la nobleza debía percibirse como una realidad natural e histórica, con génesis en los francos a cuya "raza" pertenencían. Esa realidad era natural e histórica con carácter universal, independiente de tiempo y espacio.  
El racismo estamental no estaba relacionado con el racismo antropológico, tampoco con el nacionalismo del siglo XIX; de hecho, era la plena expresión de la aristocracia con tendencias antinacionales y antiburguesas.  Su objetivo era el hermetismo social para salvaguardar sus privilegios y su estatus económico.

  Pese a sus diferencias los idearios de raza en Francia y España funcionarion como ente segregacionista, uno contra minorias religiosas y otro como arma para frenar el tercer estado.



 La conquista de América y el contacto de los europeos  con otras culturas transoceánicas enfrentarán  al europeo al concepto de la otredad, donde lo otro era lo negativo y lo propio lo positivo.

 En este contexto se construye por primera vez el término “raza” con el significado contemporáneo: desde este momento operará como un criterio seudocientífico para clasificar a los seres humanos en diferentes grupos a través de características fenotípicas. 

François Bernier en el siglo XVII acuña por primera vez el término con este significado Hasta entonces , los geógrafos se habían limitado a dividir la Tierra según los diferentes países y regiones que en ella se encuentraban. Bernier afirma que en sus observaciones en el curso de sus viajes ha llegado a la conclusión de que los hombres son diferentes por la forma del cuerpo y el rostro despendiendo de las regiones de la Tierra, y que estas diferencias pueden dividirse en cinco “especies o razas”. Por primera vez se intentaba ordenar y sistematizar la diversidad humana con base en el aspecto externo del cuerpo y del rostro. 
Bernier elaboró así la categoría científica, criterio que poco después habría de ser utilizado para formular las escalas jerárquicas de la humanidad. 

 En el siglo XVIII  el médico sueco Carlous Linneo publicó en su obra “Systema naturae” en la que desarrolló el sistema de la taxonomía  Siguiendo las categorías aristotélicas, Linneo ordenó los reinos (animal, vegetal y mineral) en cinco taxones: clase, orden, género, especie y variedad. 
 El naturalista pretendía describir, distinguir y dar nombre a cada una de las especies y géneros, poniendo de manifiesto el orden divino.
  El “Sistema naturae" fue creciendo en contenido y en páginas hasta llegar a añadir elementos espirituales y culturales a las características físicas. 

   La variedad del homo sapiens se evidencia según Linneo en el color de la piel, el cabello, los ojos, la forma de la nariz, la postura del cuerpo, el carácter, el temperamento, el espíritu, el vestir y las tradiciones, lo que da lugar a  cuatro “razas" : Europaeus albenses, Americanus rubescens, Asiaticus fuscus, Africanus Níger. Cada raza tenía un carácter y una personalidad. 
  El europeo blanco era de carácter sanguíneo, corpulento y estaba gobernado por las leyes; el americano rojo era colérico, erecto y estaba gobernado por las costumbres ; el asiático amarillo era melancólico, rígido y estaba gobernado por las opiniones  y el  africano negro era flemático, laxo y gobernado por la arbitrariedad. 
  Linneo une la fisonomía y la patología humoral de Hipócrates y Galeno, relacionando el espíritu con la apariencia física.
  Ese vínculo entre la fisonomía y la moral tenía ya una profunda tradición en Occidente. En la antigüedad griega se había propiciado el principio de Kalokagáthía, según la cual no podía existir la belleza, si no se condicionaba con saludable y, por tanto, tampoco existía un estado de salud o bondad si no existía la belleza
   El simbolismo medieval del color operaba como trasfondo cultural para relacionar valores, colores y seres humanos. En ese entonces, los colores no eran pigmentos observables objetivamente; ante todo, el color se asociaba con idearios y valores religioso-morales. Desde la antigüedad el color blanco se ha relacionado con lo bueno, lo bello y lo divino, el negro con la amoralidad, la perversión y lo diabólico. Esta fuerza simbólica repercutió evidentemente en la taxonomía de Linneo

  La innovación para la historia del racismo fue la de hilvanar “científicamente” un simbolismo de colores con posibles cualidades o defectos de los grupos raciales, iniciando un proceso de adscripción de pigmentación  y moral, que no era más que un discurso ideológico. Para darle veracidad lo enmascararon  de empirismo epistemológico y de  positivismo científico. 

  A pesar de su subjetividad su impacto en la historia fue determinante.  Ordenó los saberes, prefiguró los esquemas perceptivos ante el prejuicio y la alteridad y, por último, le suministró legitimidad a través de la ciencia taxonómica. En suma: Linneo había desarrollado una estética y una valoración racista al ordenar y al disciplinar los saberes. 
   La pigmentación de la piel planteada por Linneo (blanco, rojo, amarillo y negro) no se puede comprobar a través de la epidermis: la piel oscura, con referencia a la menos oscura, no es negra; al igual que la piel clara, con referencia a la menos clara, tampoco es blanca; y hablar de piel amarilla o roja; sin embargo fue su ordenamiento del saber fue aceptado durante siglos sin oposición alguna. 

 Los colores postulados por Linneo, aunque no se reflejan en la piel, se reflejarán desde el siglo XVIII en las estructuras, las normatividades, las relaciones sociales y las mentalidades. 

La ficción racista  respecto al otro se convirtieron, de esta manera, en una realidad no disctubible a pesar de que las crónicas de conquistadores y viajeros esbozaban una realidad muy diferente. 

  Aunque no se conserva la versión original del diario de Cristóbal Colón, sino solamente a través de los escritos de Bartolomé de las Casas, sabemos que el genovés tuvo la siguiente impresión al arribar el 11 de octubre de 1492 a San Salvador: 
" Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió.... de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruessos cuasi como sedas de cola de cavallos y cortos.... D’ellos se pintan de prieto y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y  algunos d’ellos se pintan de blanco y  otros d’ellos de colorado..."

   Américo Vespucio escribía esta carta desde Sevilla a Lorenzo di Pierfrancesco de Medici:
" Digo que después que dirigimos nuestra navegación hacia el septentrión, la primera tierra que encontramos habitada fué una isla... y la gente como nos vió saltar a tierra, y conoció que éramos gente diferente de su naturaleza, porque ellos no tienen barba alguna, ni visten ningún traje, así los hombres como las mujeres, que van como salieron del vientre de su madre, que no se cubren vergüenza ninguna, y así por la diferencia del color, porque ellos son de color pardo o leonado y nosotros blancos, de modo que teniendo miedo de nosotros todos se metieron en el bosque, y con gran trabajo por medio de signos les dimos seguridades y platicamos con ellos; y encontramos que eran de una raza  que se dicen caníbales ..."
  Giovanni da Varrazzano llega a la costa oriental de Norte de América en 1524 y percibe a sus habitantes en un primer plano como “negros”; al viajar al norte, rebate su opinión y afirma que eran mucho más claros. Según su informe, en lo alto de las Rhode Islands, se encontraban personas de color de piel “cobre”, aunque algunos tendían a ser más “blancos” y otros, a tener un color “dorado-amarillento” 

. Los europeos hicieron de los indígenas, a lo largo del proceso de construcción de “raza”, seres de piel roja, seguramente a raíz del ritual de colorearse la piel de rojo. Linneo describe a los africanos como negros, flemáticos, pero, en realidad, el supuesto color negro de los africanos es principalmente una amalgama conceptual entre dos idearios: su supuesta amoralidad y su piel oscura. 
Todos conceptos erróneos. 


Durante el periodo de la Ilustración - XVIII_ pensadores como Voltaire o Kant  propiciaron principios de igualdad, favorecieron los derechos humanos y lucharon por la tolerancia. 

 Kant en su obra "¿Qué es la Ilustración?"  hizo una llamada para que los individuos se emanciparan de su estado de minoría de edad , concepto que también podría ser traducido como estado de ignorancia o falta de voz y voto. 
   Pero obviamente este  no era una demanda incondicional de igualdad para todos 
Kant. Según la ideología de la Ilustración, los seres humanos son sus propios creadores. 
En consecuencia, la historia se entendió como un proceso evolutivo, en el cual los esfuerzos de cada individuo repercutían en el bienestar y el progreso de cada persona. Este proceso debe ser apreciado como una secuencia de distintos niveles de crecimiento y desarrollo. 
 El filósofo alemán no solamente reproduce estas ideas; es más, enfatiza la utilidad de la categoría de “raza”. 
  El “beneficio científico” de tal categoría, según Kant, radica en poder entrever las diferencias entre una misma especie , dado que ésta ha desarrollado una variedad de características hereditarias . 

  Las diferencias, en cuanto al color de la piel, no hacen referencia distintas clases  de hombre, pues todos pertenecen al mismo tronco . En su ensayo “Sobre las diferentes razas humanas"  afirma: Creo que sólo es necesario presuponer cuatro razas para poder derivar de ellas todas las diferencias reconocibles que se perpetúan en los pueblos: Blanca, negra, mongólica y la hindú.
Según Knat de estas cuatro razas podían derivarse todas las características hereditarias de los pueblos, sea como formas mestizas o puras  
Diez años más tarde, Kant introdujo los indios americanos, a los que anteriormente había considerado como una variante de la raza mongólica.

De hecho, en su escrito Definición de la raza humana, las cuatro  razas fundamentales serían la blanca, la amarilla, la negra y la roja. En sus lecciones sobre Geografía física,  ya en 1804, no titubeó en presentar esquemas jerárquicos de las razas: “La humanidad existe en su mayor perfección en la raza blanca. Los hindúes amarillos poseen una menor cantidad de talento. Los negros son inferiores y en el fondo se encuentran una parte de los pueblos americanos”  

A los indígenas, Kant les adscribía una piel roja  y afirmaba que éstos no tenían la capacidad de adquirir cultura, que se caracterizaban por su profunda indiferencia y su amor por la paz era solamente un reflejo de su independencia haragana.  En un escalafón más arriba situaba a los africanos; asumía que la raza de los negros se determinaba por su propia pasión, pero sin que este grupo pudiese controlarla. Por esta razón, estaban restringidos a desarrollar únicamente una cultura de esclavos y, como supuesto corolario, asumía su carácter pueril, hecho que demostraba su dependencia ante el liderazgo.  A los hindúes los situaba en una escala superior a las dos últimas: los consideraba como amarillos  y les concedía la posibilidad de civilización. Sin embargo, los definía como representantes de una  cultura de habilidades y no como partícipes de una cultura de la ciencia, de ahí que los hindúes siempre serían aprendices. Los blancos encarnaban todos los talentos necesarios para la cultura de la civilización; sólo ellos podían producir cambio y progreso, sólo ellos podían obedecer y liderar. En la raza blanca se condensaba la más alta perfección 

Esta ambivalencia de la Ilustración está conformada, por una parte, por los ideales de igualdad, derechos humanos y libertad de expresión y, por otra, por ideologías como el racismo y el antisemitismo científico, así como por el concepto de propiedad, creando nuevos parámetros de diferenciación y exclusión.

   El triunfo definitivo del proyecto de sociedad europea decimonónica,  burgués, industrial y parlamentario,  representa, sin duda alguna, un legado central para las sociedades contemporáneas al construir identidades, naciones, fronteras, nuevas verdades y dogmatismos.

 La ambivalencia de la “desigualdad en la igualdad” de la Ilustración se manifiesta de la siguiente manera: a través del discurso racista desarrollado por Kant se introducen fronteras simbólicas, ideológicas y parcialmente imaginadas entre las diferentes razas, lo cual es típico en cualquier discurso racista. Pero la innovación era precisamente la de invalidar todas las ideas fraguadas en torno a la nueva equidad ante las razas supuestamente inferiores y monopolizarlas únicamente para el proyecto de emancipación del homo europeus.
  El racismo perpetuó así la exclusión en una sociedad europea que reclamaba igualdad, derechos participativos, parlamentarismo y democracia.
La filosofía de la Ilustración preconizaba la abolición de las formas de producción feudales, postulaba la igualdad de todos los seres humanos y, además, propiciaba el principio de la propiedad privada en un temprano proyecto capitalista, pero todo ello solamente para el hombre blanco, y cuando se dice hombre blanco se dice hombre, no mujer. 


La razón de Kant representaba un raciocinio racista. 


Racismo en siglo XIX 


  A lo largo de este siglo van a  proliferar toda clase de  aportes derivados de la seudociencia para sustentar  el racismo científico. Trás la Ilustración solo la razón y la ciencia podían certificar la verdad y el racismo necesita la voz de la ciencia para seguir sustentando la categoría de Verdad.

El anatomista inglés Robert Knox  formuló su axioma: “La raza es todo y clasifica los africanos y a los judíos como “razas inferiores” 

 El Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, del Conde Arthur de Gobineau constituye un diagnóstico de Europa con el ánimo de brindar respuestas para el futuro de la civilización europea. Hacía  especial énfasis sobre todo en los siguientes principios: las razas humanas son desiguales, en consecuencia se debe crear una nueva sociedad basada en “estamentos raciales”. 
  Gobineau era partidario del desarrollo cíclico de las civilizaciones, con sus correspondientes ascensos y descensos culturales. Aunque el autor no define puntualmente el concepto de raza, su andamiaje de ideas y presupuestos nos permiten reconstruirlo. “Raza”, según él, describe elementos físicos y psíquicos de un grupo determinado por la sangre, al menos “pura” en sus orígenes; todas éstas, condiciones heredables

El mestizaje, sin embargo, conllevaba desde la perspectiva del Conde, a la “degeneración de las razas” y de ésta manera la hibridación racial se materializaba a través de la decadencia o la muerte de la civilización 
El imaginario de la “raza pura” representaba solamente un ideal, dado que el estado de las razas demostraba que desde los albores de la historia. 
 Gobineau dividió la variedad humana en tres razas:
La brutal , sensual y cobarde raza de los negros; la débil, mediocre y materialista raza de los amarillos y, por último, la raza blanca, inteligente, enérgica y llena de coraje. 

De hecho, la raza blanca tenía todo el monopolio de la belleza y era la única raza que conocía el honor. 
  Por su inteligencia y fuerza, estaba destinada a conquistar a las “razas subordinadas” para acentuar su papel de fundadora de la civilización. 
  

 Los celtas y los eslavos eran  razas blancas, pero el ápice de la raza blanca estaba representado por los arios. Los idearios de Gobineau expresaban un anacrónico anhelo por reconstruir una sociedad estamental  pero con el fin de que la aristocracia pudiese recuperar sus privilegios perdidos. 
  Sin embargo dejaba de lado el hecho de que la civilización fuese fundada entre el Tigris y el Eúfrates y que continuase en el Mediterráneo cuya "raza" no podía considerarse pura.

El siglo XIX también fue testigo de otros métodos y afirmaciones que se aplicaron y propiciaron en los discursos racistas: la antropometría y el poligenismo.


 El naturalista y geólogo suizo Louis Agassiz  se convirtió en uno de los representantes más famosos del poligenismo, aunque predecesores como el médico John Atkins y los filósofos David Hume y Voltaire  ya habían desarrollado esta doctrina. 

El poligenismo, contrariamente al monogenismo, parte del postulado de que cada raza tiene su propio origen, esto es, diferentes padres fundacionales, como los linajes bíblicos. 

 Con este discurso se intentaba desarrollar una falsa premisa, de carácter inamovible e irrefutable, para aseverar con más ímpetu y pujanza la inequidad racial e intelectual de las supuestas razas inferiores. 

Agassiz publicó en 1850 un artículo donde desarrollaba toda una estrategia discursiva para no entrar en conflicto con las ideas cristianas al afirmar que el relato de Adán sólo se refería a la raza caucásica "En la tierra existen diferentes razas de hombres, que habitan en diferentes partes de su superficie y tienen características físicas diferentes; y este hecho nos impone la obligación de determinar la jerarquía relativa entre dichas razas, el valor relativo del carácter propio de cada una de ellas, desde un punto de vista científico"

 La antropometría fue otro método del racismo antropológico que, aunque tampoco fue una invención del siglo XIX, fue muy representativa para dicha época.

 Los antropólogos alemanes Meiners  y Blumenbach fueron los precursores más importantes de estos nuevos planteamientos al hacer hincapié en la craneometría. 
 Sin embargo los académicos que impulsaron este nuevo método a nivel internacional fueron Samuel Morton y Paul Broca
  Morton no tenía como meta obtener una representación taxonómica completa; su interés epistemológico, era probar que se podía establecer “objetivamente una jerarquía entre las “razas” basándose en las características físicas del cerebro, sobre todo en su tamaño” 

 El método aplicado por Morton fue la medición de la cavidad craneal. 
Con esta pretensión rellenaba tal cavidad con semillas de mostaza blanca tamizada y, a continuación, vertía las semillas en un cilindro graduado para conocer el volumen craneal en centímetros cúbicos. A falta de hallazgos uniformes sustituyó las semillas por perdigones de plomo obteniendo así resultados más "fidedignos" 

  Morton publicó una serie de trabajos que concluían en la existencia de seis razas :  “caucásica moderna”, “caucásica antigua”, “mongólica”, “malaya”, “americana” y, finalmente, “negra”. 
  Cada una de estas razas se subdividía nuevamente  entre uno y seis grupos. 
Morton no titubeaba en expresarse de manera denigrante e insultante en contra de las razas inferiores  mientras buscaba una metodología que confirmase sus prejucios.
 Al respecto, se debe aclarar lo siguiente: el tamaño del cerebro siempre corresponde al tamaño del cuerpo, por ejemplo, una persona alta tiene un cerebro más grande que una persona de pequeña estatura. Además, en la mayoría de los casos, los hombres tienden a ser más altos que las mujeres, por lo cual, los hombres tienden a tener el cerebro más grande. Ciertamente, deducir del tamaño del cerebro la capacidad intelectual es totalmente desatinado. 
Al medir los cráneos caucásicos, Morton estudió en su mayoría cráneos de hombres  y al evaluar cráneos indígenas, midió sobretodo cráneos de los incas, por lo general más pequeños que los demás, y omitió calcular los de los iroqueses que comparativamente son mucho más grandes que los de los incas. Éstos son solamente algunos ejemplos de la forma como Morton distorsionó la realidad biológica, proyectando sus anhelos y sus prejuicios socioculturales en sus investigaciones publicadas bajo la autoridad de la ciencia. 

En conclusión, podemos afirmar que el racismo antropológico fue un fenómeno secular que desplazó la fuerza autoritaria de la teología: el racismo científico se fundaba en el monopolio de la verdad del empirismo y en la observación; de hecho, en mediciones, tablas, cuantificaciones, exámenes y en planteamientos derivados de la teoría de la recapitulación. 

El termino raza se utilizó por los citados autores como un criterio científico para comprobar el orden jerárquico de las razas humanas.

 Esta distinción  tenía una  funcionalidad excluyente y una finalidad ideológica : La de mantener el poder en las relaciones sociales determinadas por la esclavitud, la industrialización y el imperialismo. Divulgar la supuesta condición inferior del indígena, del africano y del asiático permitía legitimar su conquista y su explotación, sin crear paradojas éticas con la moral de Occidente. 

Ahora bien, en esta lógica discursiva también encontramos el trazado teórico del filósofo y sociólogo Herbert Spencer , quien después del aporte de Jean Baptiste de Lamarck “Filosofía Zoológica” y de Charles Darwin “El origen de las especies” , tergiversó y adaptó la teoría de la evolución a la sociedad. De esta manera, no solamente Spencer, sino otros darwinistas sociales, como Alfred Russel Wallace y Ernst Häckel  se convirtieron en ideólogos racistas del capitalismo industrial.


 El científico británico Francis Galton  acuñó el concepto de la “eugenesia” en Inglaterra; el médico alemán Alfred Plötz  y Wilhelm Schallmayer  introdujeron la eugenesia en Alemania bajo el término de “higiene racial " y, en 1905, se legalizó la esterilización de “razas” indeseadas en varios estados de América del Norte. En este contexto, “raza” se convierte en receptor de otro complemento signifi cativo: el factor muerte. 
 Las “razas inferiores” debían ser eliminadas. Solamente los nazis llevaron a cabo este protervo proyecto.

En palabras de Michel Foucault, el racismo “asegura entonces la función de la muerte en la economía del biopoder, sobre el principio de que la muerte del otro equivale al reforzamiento biológico de sí mismo como miembro de una población, como elemento en una pluralidad coherente y viviente” 

 El racismo postula que una “raza” es biológicamente superior a las demás y que esta condición es heredable. En pocas palabras: el racismo esgrime el determinismo biológico en detrimento de su víctima. De ahí que los racistas pretendan conservar la “pureza de su raza” para no vulnerar su supuesta superioridad. 


En el último tercio del siglo XX algunos genetistas, como el italiano Cavalli-Sforza, comprobaron la evidente carencia de los argumentos biomoleculares, mediante los cuales se pretendía establecer la categoría de raza como un criterio fiable para ordenar la diversidad humana. : "Si estudiamos cualquier sistema genético, siempre encontramos un grado elevado de polimorfismo, es decir de variedad genética: significa que un gen presenta distintas formas. Esto ocurre tanto en una población muy pequeña como en el conjunto de la población europea, tanto en toda una nación como en una ciudad o en un simple pueblo. Por ejemplo, las proporciones de genes A B y 0 varían de unos pueblos a otros, de unas ciudades a otras, de unas naciones a otras, pero no demasiado: en cada microcosmos encontramos una composición genética comparable a la del conjunto, aunque algo distinta (... ) Podemos estudiar la clase rica o la pobre, a los blancos o a los negros: siempre hallaremos el mismo fenómeno [de polimorfismo]. La pureza genética es inexistente, simplemente no se encuentra en las poblaciones humanas 

 El  de criar artificialmente seres puros  acarrearía graves consecuencias para la fertilidad, la salud de los descendientes, y podría conducir a deformaciones e incluso a la muerte 

 Cualquier clasificación racial simplifica la diversidad humana de tal manera que se convierte, en la mayoría de los casos, en  una finalidad en sí misma, no solamente por omitir la gran variedad genética a lo largo de cualquier categorización, sino también por ignorar todas las posibles zonas de transición genética, que por principio son negadas en las categorías estáticas.

 No es sorprendente que en los últimos 200 años la ciencia haya presentado modelos de clasificación, que varían entre 3 y 300 razas,
  Jean-Joseph afi rmaba que existían dos ; Kant, cuatro; Blumenbach, cinco; Buffon, seis; Agassiz, ocho; Morton,veintidós; Crawford, sesenta etc. 

La genética tiene una respuesta simple: existen 8 millares de razas, la misma cantidad de seres que habitan la tierra