miércoles, 18 de diciembre de 2019

Viaje a Marte







Aquel invierno no tuvimos nieve,
las montañas permanecieron negras
y los cielos pardos.
Llovió casi todos los días,
las nubes venían en feroces falanges,
y soplaban furiosos los vientos
Los árboles resistían 
porque soñaban con la primavera.
Regresó el fascismo aquel invierno,
con sus manos de hielo, 
y le construimos un palacio
con puentes levadizos, 
con profundos fosos y 
oscuras mazmorras. 
Quizá porque como los árboles
creíamos que abril aún existía.
Aquel invierno unos millonarios
organizaron el primer viaje a Marte
en una nave con todos los lujos. 
Se celebró la Navidad
como si no pasara nada.
Las ciudades se llenaron de lucesy en el "hall" del Kempinski Hotel Bahía
se decoró un árbol con diamantes, 
mientras los locos bailábamos
sobre la acerada hoja de un cuchillo.
Aquel invierno yo estaba viva
y escribía versos al filo
de la belleza.
Mirando la niebla. 
Mirando las ruinas.
De eso hace hoy,
exactamente,

ciento doce años.

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